La herencia del racismo contin�a hasta el presente







Photo: Bill Hackwell

El reciente desastre que prosigui� al Hurac�n Katrina en Luisiana, Misisipi y Alabama ha puesto el foco de atenci�n en las realidades terribles que enfrentan docenas de millones de afroamericanos y otras personas oprimidas en los Estados Unidos. El fracasado plan del gobierno para realizar evacuaciones r�pidas y brindar ayuda, muestran la limitada preocupaci�n que la clase gobernante estadounidense tiene para la gente pobre y trabajadora. La magnitud de la crisis actual podr�a haber sido aminorada o quiz�s prevenida casi por completo.

Es imposible ignorar el racismo y la cuesti�n de clase asociada con este desastre natural�sin embargo esto es precisamente lo que ahora la administraci�n Bush y los comentaristas racistas est�n tratando de hacer. De las m�s de 300.000 personas en la zona metropolitana de Nueva Orle�ns que no pudieron ser evacuadas, la gran mayor�a eran negros.

Por supuesto que Katrina no cambi� su rumbo para afectar a la gente negra. El hurac�n destruy� todo a su paso. Pero no es sorprendente que las personas m�s afectadas por el hurac�n fueran negros. La poblaci�n pobre, predominantemente negra de Nueva Orle�ns fue afectada de forma desproporcionada porque tuvieron menos posibilidades de escapar su paso.

Ellos no ten�an autom�viles ni acceso a otros medios de transporte. Ellos no dispon�an de dinero para comprar boletos de avi�n o pagar hoteles.

Los l�deres negros y las personas progresistas de todas las nacionalidades han denunciado el innegable racismo de la respuesta del gobierno estadounidense al hurac�n. El Reverendo Jesse Jackson insinu� que la discriminaci�n racial y la indiferencia hacia el sufrimiento de los negros estaban en la ra�z de la respuesta al desastre. �Es en esta misma ciudad de Nueva Orle�ns donde llegaron los barcos cargados de esclavos, donde la herencia de 246 a�os de esclavitud y 100 a�os de discriminaci�n de la ley Jim Crow (de segregaci�n), esa herencia contin�a intacta hoy.� (Billings Gazette, Sept. 3)

Ciertamente no hay nada nuevo en la falta total de consideraci�n para la gente negra desplazada, en el �esfuerzo� de ayuda gubernamental. El racismo est� profundamente arraigado en el sistema capitalista.

Lo que pas� en los estados del Golfo ofrece una ejemplo de la terrible opresi�n sufrida por los afroamericanos bajo el capitalismo. El entendimiento de la naturaleza de esa opresi�n es la clave para construir una lucha revolucionaria para la emancipaci�n de la clase trabajadora en los Estados Unidos.

Las personas negras han sido victimas de siglos de esclavitud, racismo, explotaci�n y violencia en los Estados Unidos. Las condiciones en las comunidades afroamericanas alrededor de Estados Unidos�norte y sur�todav�a reflejan los siglos de extrema opresi�n que comenz� con la esclavitud.

Los logros importantes y progresistas hechos durante el movimiento por los derechos civiles y la lucha subsecuente por la liberaci�n negra en los Estados Unidos no alivi� fundamentalmente la pobreza y la opresi�n social sufrida por grandes sectores de la comunidad negra.

En cierta forma, las condiciones sociales de la gente negra en la actualidad son peores hoy de las que eran hace 30 a�os. El ejemplo reciente de Nueva Orle�ns y los estados del golfo ilustran esta realidad.

Nueva Orle�ns: Ejemplo del racismo institucionalizado

Nueva Orle�ns es una de las ciudades m�s pobres de la naci�n. Alrededor del 30 por ciento de la poblaci�n vive bajo el nivel oficial de pobreza. La gente negra constituye el 67 por ciento de la poblaci�n de la ciudad, pero el 84 por ciento de las personas que viven bajo el nivel de pobreza.

Para los ni�os negros, la situaci�n es peor todav�a. S�lo Misisipi tiene un �ndice de pobreza m�s alto que Luisiana. De acuerdo a estimaciones, aproximadamente la mitad de los ni�os en Luisiana vive bajo el nivel de pobreza. (National Center for Children in Poverty, 2005)







Photo: Bill Hackwell

En los d�as que siguieron al impacto inicial del Hurac�n Katrina, m�s del 80 por ciento de Nueva Orle�ns estaba inundada. Una de las zonas m�s fuertemente golpeadas de Nueva Orle�ns es tambi�n una de las m�s pobres, el Distrito Noveno Bajo (Lower Ninth Ward)�una zona de clase trabajadora en el lado este de la ciudad. M�s del 98 por ciento de los residentes de la regi�n son negros y de acuerdo al censo de EEUU del a�o 2000, el Distrito Noveno Bajo, tiene un nivel de pobreza del 36.4 por ciento. Un cuarto de las familias tiene un ingreso anual de menos de $10.000, y la mitad vive con menos de $20.000. M�s del 52 por ciento de la poblaci�n en el distrito est� bajo la categor�a de �no ser parte de la fuerza laboral� porque hay poco trabajo y las personas han dejado de buscar trabajo. (Greater Nueva Orle�ns Community Data Center, 2005)

El Distrito Noveno Bajo fue una de las �ltimas zonas desarrolladas de Nueva Orle�ns porque era virtualmente inhabitable. Est� situado mucho m�s abajo del nivel del mar sobre una ci�naga de cipreses. En los a�os 1870, afroamericanos indigentes y trabajadores inmigrantes que estaban desesperados por vivienda pero sin la posibilidad de poder vivir en otras partes de la ciudad, arriesgaron inundaciones y enfermedades para mudarse all�. Lo hicieron porque no ten�an otro lugar a donde ir.

Al pasar de los a�os, el gobierno provey� pocos servicios a la zona e hizo muy poco para protegerla de la inundaci�n. Sin embargo, debido a su composici�n nacional y de clase, el Distrito Noveno Bajo se transform� en un basti�n de activismo de la clase trabajadora.

Muchos residentes de este distrito estuvieron dentro de los cientos de miles que no tuvieron la posibilidad de abandonar la ciudad.

El �rea ha sido golpeada por huracanes mucho antes que Katrina. En 1965, el Hurac�n Betsy destroz� el Distrito Noveno Bajo, inundando el 80 por ciento de la zona. Del total de 81 muertes causadas por Betsy, la mayor�a eran del Distrito Noveno Bajo. Los residentes se quejaron de no haber recibido suficiente ayuda de asistencia financiara para revitalizar la zona. Muchos negocios comerciales e industriales se mudaron, haciendo aun m�s dif�cil la situaci�n para los residentes que ya eran pobres antes del hurac�n.

En el momento que Katrina golpe� este septiembre, la tormenta sobrepas� f�cilmente los diques inadecuados que proteg�an la regi�n, produciendo inundaciones de 20 pies de altura. Los diques eran muy peque�os y no hab�an sido reforzados por d�cadas. Algunas personas del distrito fueron rescatadas del techo de sus casas, pero muchos fueron dejados desamparados y cientos, posiblemente miles, murieron. Casi todos en la zona perdieron sus casas y todas sus posesiones.

La comunidad no recibi� ninguna ayuda cuando fue el momento de evacuar�la �nica atenci�n que ellos recibieron fue de represi�n racista por parte de las fuerzas militares y policiales locales. En el Distrito Noveno Bajo y en otras partes, la gente negra fue catalogada como �saqueadores� criminales. Los militares y la polic�a de Nueva Orle�ns al servicio de proteger la propiedad privada en lugar de vidas humanas, recibieron �rdenes de �disparar a matar� a todas las personas que entraron por la fuerza a las tiendas para obtener comida y otros art�culos necesarios para sobrevivir.

Esta brutalidad es como la clase gobernante responde a todas las situaciones potencialmente explosivas en las comunidades oprimidas. Es exactamente como han respondido a las rebeliones urbanas modernas�la mayor�a de las cuales fueron respuestas a la brutalidad policial contra la gente negra.

Las consecuencias despu�s de Katrina muestran una realidad importante en la sociedad estadounidense�los desastres �naturales� no tratan a todas las personas por igual. Las desigualdades presentes con anterioridad en el sistema, se exacerban durante tiempos de crisis.

La opresi�n actual contra los negros

La situaci�n inmediata para la gente de Nueva Orle�ns y los estados del Golfo es devastadora. Pero los �ndices sociales en los vecindarios mas oprimidos, como en el Distrito Noveno Bajo, muestran que las cosas eran muy malas para la gente negra mucho antes de que golpeara el hurac�n.

La divisi�n m�s grande entre los negros y blancos en Estados Unidos es el estatus econ�mico. En el a�o 2002, el �ndice de pobreza de los negros era tres veces m�s grande que el �ndice de pobreza de los blancos. Al ritmo que ha ido disminuyendo la pobreza desde 1968, tomar�a 150 a�os�hasta el 2152 para cerrar el intervalo de pobreza entre negros y blancos. (The State of the Dream 2004: Enduring Disparities in Black and White, United for a Fair Economy)

Adem�s, el nivel de desempleo de la gente negra es m�s del doble que el �ndice de la gente blanca, 10.8 por ciento en comparaci�n al 4.7 por ciento�una diferencia m�s grande que en 1972. El �ndice de desempleo para los hombres negros de 20 a�os de edad o mayores de 20 a�os, permanecen en los dobles d�gitos. (The State of Black America 2005, National Urban League)

La gente negra que consigue trabajo gana mucho menos que los blancos por el mismo trabajo. Por cada d�lar de ingreso por capita de un blanco, un afroamericano ganaba 55 centavos en 1968 y s�lo 57 centavos en el a�o 2001. A este ritmo, le tomar�a a los negros 581 a�os para ganar los 43 centavos restantes.

Los datos relacionados con la salud tambi�n muestran una gran disparidad basada en nacionalidades.

En t�rmino medio, la gente negra tiene el doble de probabilidades de morir de una enfermedad, accidente y homicidio durante su vida, que la gente blanca.

Los hombres negros tienen el �ndice m�s bajo del pa�s de expectativas de vida. La gente negra todav�a recibe menos operaciones, ex�menes, medicamentos y otros tratamientos para salvar sus vidas que la gente blanca. (Washington Post, Aug. 18, 2005)

Seg�n el American Journal of Public Health de diciembre de 2004, desde 1991 hasta el 2000, se podr�an haber prevenido m�s de 886.000 muertes si los afroamericanos hubiesen recibido el mismo cuidado de salud que los blancos. Millones de gente negra no tiene seguro m�dico.

La falta de cuidado de salud disponible y de bajo costo perjudica mucho a los ni�os. Los ni�os negros tienen casi dos veces y medio m�s posibilidades de morir que un ni�o blanco antes de cumplir su primer a�o de vida�un intervalo m�s grande desde 1970.

Tal vez la herramienta de opresi�n m�s notable contra la gente negra es el uso de prisiones estadounidenses para encarcelar cientos de miles. Las prisiones son una extensi�n moderna de la esclavitud y el terror racista contra la gente oprimida. Son una parte esencial del aparato del estado capitalista, que intenta criminalizar al pueblo oprimido y condicionarlos a no levantarse contra la clase dominante.

A pesar de que el �ndice de cr�menes ha disminuido en Estados Unidos, cada a�o, el �ndice de encarcelamiento a niveles locales, estatales y federales va en aumento, particularmente entre los hombres negros. Uno de cada tres hombres negros nacidos hoy tienen la posibilidad de ir a una prisi�n durante su vida, comparado con 1 de cada 17 hombres blancos.

De los mas de dos millones de prisioneros en Estados Unidos, cerca de la mitad son negros. Los afroamericanos tienen tres veces m�s probabilidades que los blancos de ser encarcelados, y el promedio de sentencia por el mismo crimen es de seis meses m�s para los negros que para los blancos.

Las estad�sticas sobre educaci�n y vivienda tambi�n muestran el profundo racismo que enfrenta la gente negra en Estados Unidos.

�C�mo puede cambiar la situaci�n?

Muchos de los logros democr�ticos alcanzados por el movimiento por los derechos civiles han sido debilitados. Pero es posible volver a conseguir esos logros y extenderlos. As� como la gente negra luch� contra el racismo, por la justicia y la igualdad en los a�os 1960 y 1970, puede emerger una lucha renovada.

La lucha contra el racismo es central para avanzar la lucha de clase de todos los trabajadores estadounidenses. El racismo y la opresi�n nacional inherente a las reglas de la clase capitalista han tenido por cuatro siglos, como blanco a la gente negra.

La intolerancia y el prejuicio han sido los instrumentos principales que el sistema capitalista ha utilizado para dividir a la clase trabajadora y ha amarrado pol�ticamente un sector significativo de los trabajadores blancos a sus propios opresores�con los resultados predecibles de debilitar todos los sindicatos y las organizaciones de la clase trabajadora.

Esto va a cambiar. La lucha pol�tica y de clase est� creciendo en Estados Unidos. Cada vez m�s son los trabajadores latinos y afroamericanos y las mujeres los que proveen liderazgo a esas luchas. La lucha contra el racismo en una parte integral de la lucha de clase en su totalidad. Esta lucha de los trabajadores y los oprimidos de todas las nacionalidades en los Estados Unidos, llevar� a la real liberaci�n del racismo y la desigualdad de clase.

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