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La crisis climática necesita una solución socialista

El último reporte de la Agencia Intergubernamental sobre el Cambio Climático de la ONU afirma que se ha formado demasiado dióxido de carbón en el medio ambiente que ha puesto en peligro las islas, las costas y a dos terceras partes de las especies del mundo debido a las altas temperaturas del planeta que continúan subiendo.


Dicha agencia, compuesta por destacados científicos en cambio climático, ha reportado que tan pronto como en el año 2020, 75 millones de los 250 millones de personas que viven en África sufrirán escasez de agua y las ciudades en el continente asiático correrán el riesgo de ser inundadas a causa de los desbordamientos de ríos y costas a medida que las temperaturas se sigan incrementando. El nivel del mar subirá hasta 4.6 pies debido a las emisiones de carbón que ya está en el aire.


“El planeta ya está condenado a que el nivel del mar crezca,” dijo el presidente de la agencia, Rajendra Pachauri. Lo que todavía no se sabe es que tanto subirá el nivel del mar si las capas de hielo de Gronelandia se derriten. Si no se hace nada para detener esto, los científicos dicen, que el calentamiento global generará hambruna y epidemias, escasez de agua, tormentas más violentas, sequías más frecuentes, y la extinción de más del 70 por ciento de las especies de plantas y animales.


Los científicos han sugerido docenas de medidas para evitar el peor de los escenarios. Estas medidas, sugieren los científicos, harían una diferencia si son adoptadas por todas las naciones a través de todo el globo.


Algunas de las sugerencias incluyen el uso de plantas eléctricas que funcionen con energía nuclear y gas, el desarrollo de vehículos híbridos, el uso de aparatos electrodomésticos más eficientes y el mantenimiento de la tierra agrícola para almacenar más carbón. ¿Cuánto costarían todos estos cambios? Menos de 0.12 por ciento de la economía mundial hasta el 2050.


Entonces, ¿qué lo está previniendo?


Uno pensaría que cualquier persona razonable quisiera evitar una catástrofe del cambio climático. El problema es que el planeta en este momento está dominado por un sistema económico que se basa en la eterna conquista de ganancias. Inclusive una reducción de 0.12 por ciento es inaceptable para los capitalistas que se han enriquecido del desarrollo de industrias que son energizadas por combustibles fósiles.


En este momento no existe en el mundo una entidad organizada que sea capaz de forzar a los capitalistas a prevenir las peores catástrofes del calentamiento global. La falta de dicha entidad es uno de los problemas que enfrenta el movimiento de trabajadores y pueblos oprimidos del planeta.


El cambio climático nos afecta a todos, pero afectara de una manera desproporcionada al los pueblos y la clase trabajadoras de los países más pobres. Esta es la razón por que el planeta necesita el socialismo.


La agencia de la ONU puede seguir produciendo reportes sobre los peligros del cambio climático, pero la ONU en si no tiene autoridad para imponer proyectos que reduzcan las emisiones de carbón a las naciones industrializadas. Al contrario, hay una diversidad de tratados y planes.


Los Estados Unidos, el país que es más responsable por emitir emisiones de carbón, se rehúsa completamente a participar en el Protocolo de Kyoto. El gobierno de EE.UU. continúa actuando como un niño consentido, rehusando a endosar cualquier programa obligatorio, mientras continúa culpando a los países en desarrollo como China y la India.


Hay más trabajadores que capitalistas. La única diferencia es que la mayoría de los trabajadores no están organizados y no se han dado cuenta de su poder. Si nos unimos, podemos derrocar este sistema capitalista irracional y comenzar a construir el socialismo—un sistema racional basado en la planificación económica.


Bajo el socialismo, el estado de los trabajadores puede imponer por mandato el control de emisiones e implementar la tecnología de de reducción de estas mismas de una manera coordinada. El peor de los escenarios del calentamiento global puede ser prevenido.


En una sociedad socialista, como Cuba, el gobierno dirigido para y por el pueblo puede imponer por mandato el control de emisiones e implementar la reducción de las mismas de una manera coordinada.


El capitalismo no puede salvar el planeta. Al contrario, si continua de la misma manera lo destruirá.


El socialismo es una alternativa que es real y necesaria—para los trabajadores y para el mundo en que vivimos.

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