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Drama de la deuda inventado para beneficiar a la clase dominante

De acuerdo al gobierno de
los EE.UU., el 2 de agosto es el día del juicio final: Para entonces
o los legislativos y el presidente llegan a un acuerdo para aumentar
el límite de la deuda nacional o el gobierno de los Estados Unidos
entrará en falta. Si el gobierno entra en falta con sus obligaciones
a los bancos y otros acreedores, su habilidad de seguir tomando
préstamos para pagar sus costos estará en peligro. Sabiendo las
prioridades del gobierno capitalista, uno puede estar seguro que el
pueblo trabajador será el primero de sentir el golpe en forma de
pagos atrasados de sus beneficios y salarios.

Historia de la crisis

No es inusual que los gobiernos gastan
con déficit—la deuda nacional de los Estado Unidos se originó en
los días de la Revolución Americana. Dinero prestado viene en
formas de bonos y garantías de corto plazo que se venden a
inversionistas—igual como dólares de los EE.UU. guardado por
gobiernos en forma de reservas- a un precio particular con una
promesa de pago en forma de crédito.

Gracias a los riesgos al dólar y la
calificación de crédito del gobierno inherente en tomar más deuda
de los que se puede pagar por impuestos, el Congreso ha puesto
límites, periódicamente aumentados, a la cantidad de deuda que se
puede acumular. El límite de deuda, entonces, es nada más que el
máximo impuesto por el Congreso a la cantidad que el gobierno
federal puede deber.

Actualmente, el líte de deuda es
$14.29 trillones, que se está acercando al producto interno bruto
anual del los Estados Unidos. El gobierno estadounidense se le
proyecta sobrepasar este límite el 2 de agosto. Si el límite no se
incrementa o si el plan para reducir el déficit federal no se
aprueba para esta fecha, el resultado verdadero se desconoce, pero
los políticos capitalistas y los medios reclaman que el país
perderá su calificación de solvencia máxima, que haga más difícil
y más caro el pedir préstamos, y el valor de bonos y otros bienes
de ingresos fijos cayerán, empujando los intereses hacia arriba.

Esto podría resultar en la economía
hundiéndose más en recesión, o alternativamente, acelerando la
inflación si la Reserva Federal participara en una tercera ronda de
“alivio cuantitativo”—en efecto imprimiendo más billetes de
dinero—para financiar el déficit gubernamental.

Finalmente, esta inflación puede
resultar en un incremento drástico en tasas de interés, como
ocurrió en los 1970s, y una severa depresión si no un colapso
absoluto del dólar. En cualquier caso, ni los más ardientes de los
defensores capitalistas pueden fingir que la economía verdaderamente
se está recuperando de la Gran Recesión.

En el pasado, el Congreso ha frecuen
temente incrementado el límite de deuda las veces necesarias y lo
pudiera hacer de nuevo. Entonces, esta crisis es algo completamente
fabricada. En verdad, la crisis ha sido creada por los dos partidos
capitalistas para otorgar una excusa para recortes severos en gastos
a todos los programas sociales. Los programas críticos del Seguro
Social, Medicare, y Medicaid están particularmente en la mira, con
los Republicanos y Demócratas jugando el papel del policía bueno y
el malo, respectivamente. Las víctimas incluirán la gente pobre y
trabajadora de todas las edades.

El Presidente Barack Obama está en el
centro de todo esto. El tiene el poder de vetar cualquier propuesta
del Congreso, y está trabajando con varias facciones para alcanzar
un acuerdo de concesión que combinará grandes recortes a programas
sociales con un incremento modesto de impuestos para los ricos.

Un estudio recientemente publicado por
la Universidad Brown estima que el costo de las guerras en
Afganistán, Irak, y Pakistán será entre $3.7 y $4.4 trillones, que
es una fracción de todo el gasto militar. Uno pensaría que poniendo
fin a las guerras y reduciendo el presupuesto militar sería el lugar
óbvio para recortar gastos. Pero reflejando los requisitos de
mantener el imperio de los EE.UU., ni los líderes del Congreso de
cualquier partido ni el Presidente Obama están contemplando
cualquier tipo de recortes serios al presupuesto militar o en poner
fin a las ocupaciones de Afganistán y Irak y deteniendo las acciones
agresivas contra Libia y otros países intentando de seguir un curso
independiente.

¿Qué está causando la inflación de
la deuda nacional?

La deuda nacional, la cantidad de
$14.29 trillones, no existe por un derroche de gastos en programas
sociales. No fue causada por proyectos de obras públicas, asistencia
a estudiantes, Medicare, o Seguro Social o cualquier otra iniciativa
para ayudar al pueblo trabajador. En verdad, el programa de Seguro
Social se paga por si mismo, no contribuye a la deuda y continúa
manejando un gran superávit.

La deuda nacional existe gracias a los
programas que la clase capitalista creó para ayudarse a si misma.
Trillones de dólares se atribuyen directamente a los rescates de
Wall Street y otros criminales corporativos principalmente
responsables de la crisis económica. Trillones más son para las
guerras de los capitalistas- Afganistán, Irak, y Libia en el
contexto actual, pero también cada ataque, secreto u abierto, contra
naciones oprimidas, desde hace generaciones, igual como las dos
guerras inter-imperialistas altamente costosas del siglo XX.

Comparado a las grandezas que la clase
capitalista se regala por controlar los mecanismos del gobierno, los
programas sociales son solo un grano en el granero. Por supuesto, los
programas sociales han estado bajo ataque por décadas como parte de
una estrategia cruel y de doble filo para redistribuir más y más de
la riqueza social a los ricos mientras que los trabajadores que
producen esta misma riqueza se encuentran más y más desesperados y
dependientes de los capitalistas.

Entonces, no debe de sorprender que
Obama y sus consejeros han estado planeando en destripar el Seguro
Social y Medicare casi inmediatamente después de llegar al poder en
el 2009. La famosa Comisión Nacional de Reforma y Responsabilidad
Fiscal, una comisión “bi-partidaria” formada por el presidente
en 2010 (un grupo diferente, la llamada “Pandilla de Seis” está
siguiendo el trabajo de la comisión durante el debate actual), fue
compuesta de hombres hostiles al Seguro Social y Medicare, y los
reportes claramente nombran a estos y otros programas sociales como
estando al corazón de la crisis de la deuda naciente.

Claro, todos los miembros de la
comisión son capitalistas, y obviamente la solución de los
capitalistas al estancamiento económico es reducir gastos sociales
para más fácilmente reducir impuestos a los ricos- o como los
republicanos suelen decir, a “los que crean trabajos”. Nunca
piensan seriamente en recortar gastos militares o incrementar
impuestos a aquellos que viven en lujo a costa del pueblo trabajador.

El debate en el Congreso sobre los
detalles del plan que aumentará el límite de la deuda es solo un
teatro que oculta los temas verdaderos en juego. Mientras que no se
sabe cuando llegarán a un acuerdo y qué serán los términos
exactos, las grandes alineaciones del trato ya son obvias: llegarán
a un acuerdo en implementar más recortes a programas sociales.

Una vez más, la clase trabajadora
pagará por la crisis del capitalismo. Mientras tanto, una fracción
del establecimiento político capitalista ostentará sobre cómo
salvó generaciones venideras de gastos irresponsables mientras la
otra fracción ostentará sobre cómo luchó contra la posibilidad de
más recortes severos a programas sociales.

Las crisis económicas y financieras
capitalistas no son catástrofes naturales. Resulta de ciertas
relaciones sociales diseñadas a beneficiar los capitalistas a costo
del pueblo trabajador. La única solución verdadera a los problemas
de la deuda nacional y falta de fondos a programas sociales es hacer
que los ricos paguen por su crisis. La gente trabajadora están
hartos de pagar la cuenta de Wall Street. Cobrar los ricos hoy, y
derrocar su sistema criminal mañana.

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