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El ‘panafricanista de izquierda’ Bassirou Diomaye Faye fue confirmado como nuevo presidente electo de Senegal, ¿y ahora qué?

Foto: Bassirou Diomaye Faye tras las elecciones de Senegal. Crédito: X/ @ DiomayeFaye

El 29 de marzo, el Tribunal Constitucional de Senegal confirmó a Bassirou Diomaye Faye como el próximo presidente electo del país de África occidental, disipando los temores de una crisis constitucional, luego de que el político independiente ganara las elecciones la semana anterior. 

Pero, ¿qué significan estos acontecimientos para Senegal, África Occidental, y el mundo?

‘Antisistema’ y ‘panafricanista de izquierda

Faye, de 44 años, será el presidente más joven de Senegal. Su victoria ha sido una sorpresa: Faye se describe a sí mismo como un “panafricanista de izquierda”, y su promesa de llevar a cabo reformas sistémicas significativas en el país ha sido bien recibida, especialmente por la juventud senegalesa. Faye ganó como independiente después de que su partido, los Patriotas Africanos de Senegal por el Trabajo, la Ética y la Fraternidad (PASTEF), se disolviera unilateralmente en julio de 2023, en el marco de una campaña de represión de las protestas de la oposición, impulsada por el gobierno del entonces presidente Macky Sall, tal como se informó el año pasado en Liberation News.

El líder del partido, Ousmane Sonko, fue arrestado junto con Faye y se les prohibió postularse para las elecciones presidenciales de 2024. Sonko y Faye, que habían sido arrestados a principios de 2023, fueron liberados el 14 de marzo, junto con cientos otros presos políticos —sólo diez días antes de las elecciones—. Su puesta en libertad, sucedió cuando la Corte Constitucional desestimó un intento del entonces Presidente Macky Sall de aplazar las elecciones por dudas respecto a qué candidatos eran legalmente admisibles para candidatearse.  

El tribunal anuló esta medida, ratificando que Sall debía abandonar el cargo el 2 de abril. Sonko se postuló para las elecciones presidenciales en 2019, con la candidatura de PASTEF, recibiendo poco más del 15% de los votos. Este año, Faye se presentó como candidato del partido, ya que la admisibilidad legal de Sonko seguía en duda, ganando decisivamente, con el 54,3% de los votos en la primera vuelta, frente al 35,8% del Primer Ministro, Amadou Ba.

Movimientos tectónicos en África Occidental

A modo de comparación, una promesa de campaña clave de Faye fue que Senegal contemplaría vías para abandonar el Franco CFA, la moneda controlada por Francia, una de las bases del neocolonialismo en África Occidental. 

“No hay soberanía sin soberanía monetaria”, declaró Faye en una conferencia de prensa a principios de este mes. 

Otros aspectos del programa de Faye son muy similares a los propuestos por la candidatura de Sonko en 2019, tales como, combatir la corrupción, reestructurar algunos cargos públicos, reducir el poder que Francia aún mantiene en el país, y una reevaluación de las importaciones energéticas del país. Estas propuestas apuntan hacia una tendencia innegable a la reivindicación de la soberanía, la búsqueda de la integración regional y hacer frente de manera decisiva al subdesarrollo en toda África occidental. 

Es evidente que la clase dominante en Senegal considera que una victoria electoral progresista es más aceptable que agudizar y exacerbar una posible crisis constitucional, especialmente en el contexto de los actuales gobiernos militares, respaldados por el pueblo, que han tomado el poder en Malí, Burkina Faso y Níger, y que se unieron para formar la Alianza de Estados del Sahel. Cabe señalar, que existe una larga historia de relaciones entre los pueblos de estos países, antes, durante y después del período colonial, incluida la efímera Federación de Malí (1959-1960) que incluía a los países hoy Senegal y Malí.

¿Cómo responderán los imperialistas?

El presidente francés Emmanuel Macron y el presidente estadounidense Joe Biden emitieron rápidamente comunicados felicitando a Faye por su victoria. Macron fue un paso más allá, comunicandose por télefono con Faye para ofrecerle “cálidas felicitaciones” y expresar los deseos de Francia de” intensificar” la “colaboración” entre ambos países. Por su parte, Faye ha afirmado que Senegal continuará siendo un “colaborador de confianza” de los países aliados.

Esto se suma a un anuncio de Macron a finales de febrero en el que aseguraba que Francia buscaría una “nueva y equilibrada relación” con África en el contexto de la retirada de sus tropas de Malí, Burkina Faso y la República Centroafricana en los últimos años. La “nueva era” descrita por Macron consiste en mantener algunos mecanismos de administración conjunta en las instalaciones militares francesas restantes en África occidental, y no en una retirada.

En esta coyuntura, Estados Unidos también se está esforzando por encontrar la forma de continuar con sus proyectos neocoloniales sobre el continente africano. A mediados de marzo de 2024, Níger, que alberga la base de drones estadounidenses  más grande en África, y es un recurso clave en el Mando África de Estados Unidos del Pentágono (AFRICOM, por sus siglas en inglés), anunció su intención de expulsar a todas las tropas estadounidenses del país. Además, Estados Unidos también opera una base aérea naval en Dakar, Senegal. La base de Dakar constituye un importante centro logístico y de abastecimiento de combustible, al ser el extremo más oeste del continente africano, y cabe señalar, que en un inicio después de tomar el poder, el gobierno militar de Níger no atacó las bases estadounidenses, sino que más bien se centró en la presencia francesa en el país. 

El pueblo de Senegal aún no ha visto qué transformaciones comienzan a tener lugar con Faye como nuevo presidente senegalés. Sin embargo, está claro que Senegal es una, entre muchas naciones de África occidental, que están avanzando hacia un giro radical de la dominación neocolonial francesa que históricamente ha abatido a sus países. Senegal se enmarca dentro del contexto de una tendencia hacia cambios antiimperialistas y anticoloniales que están emergiendo en África occidental, y a medida que los cambios progresistas ocurran, aún está por verse qué consecuencias tendrá para el pueblo africano.

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