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Fascistas sin disfraz controlan el poder en el nuevo régimen anexionista israeli

El acuerdo sobre un nuevo gobierno israelí, una coalición de extrema derecha, fanáticos religiosos y fascistas absolutos, se anunció el 21 de diciembre. Binyamin Netanyahu regresará una vez más como primer ministro. Dos fascistas abiertos, Itamar Ben-Gvir y Belazel Smotrich, ocuparán puestos clave relacionados con Cisjordania y la población palestina ocupada y, de hecho, mantendrán efectivamente el poder en el nuevo gabinete gobernante.

Un documento emitido por Netanyahu el 28 de diciembre establece que la primera prioridad del nuevo gobierno es “avanzar y desarrollar asentamientos en todas partes de Israel: en Galilea, el desierto de Negev, los Altos del Golán y Judea y Samaria [Cisjordania]”. Galilea y Negev son áreas abrumadoramente palestinas dentro de las fronteras de 1948 del estado israelí. Los Altos del Golán anexados ilegalmente, son territorio sirio conquistado en la guerra de 1967 que también puso a Cisjordania, Jerusalén  y Gaza bajo control israelí.

Sin duda, un objetivo clave de la política del nuevo gobierno es aumentar la presión sobre la población palestina en todas partes dentro de la Palestina histórica para que abandone su patria. Netanyahu anunció su intención de anexar Cisjordania “mientras eligiendo el momento y considerando los intereses nacionales e internacionales del estado de Israel”. Los “intereses internacionales” aquí se refieren al indispensable armador, financiador y protector de Israel, Estados Unidos, que teme que la anexión total pueda conducir a nuevos trastornos e inestabilidad en la región. En reconocimiento de este factor, el gobierno israelí está claramente avanzando con un programa acelerado de anexión de facto mientras se retrasa en un anuncio oficial.

La formación de un gobierno abiertamente anexionista representa el siguiente paso lógico en el actual cambio hacia la derecha del panorama político israelí en las últimas décadas. Pero desde sus inicios como movimiento a fines del siglo XIX, el sionismo fue otra variante mas del colonialismo europeo racista. Fue en nombre de lograr el objetivo sionista de un estado judío exclusivista que 750.000 palestinos fueron expulsados por medio del terror de su patria en 1948, y cientos de miles más en la guerra de 1967 cuando Israel conquistó Cisjordania, Gaza, Jerusalén Este, y los Altos del Golán.

Hoy, en violación del derecho internacional, más de 700.000 colonos viven en Cisjordania y Jerusalén Este. Están protegidos por las Fuerzas de “Defensa” israelíes en un completo sistema de apartheid que tiene un sistema legal separado y acceso separado a los recursos para israelíes y palestinos.

Fascistas en el nuevo gabinete israelí

Las últimas elecciones israelíes, las quintas en los últimos cuatro años, se llevaron a cabo el 1 de noviembre. Una coalición de cinco partidos racistas y de extrema derecha ganó por poco la mayoría, 64 escaños en la Knesset (parlamento) de 120 escaños. Durante las siguientes siete semanas, Netanyahu logró dividir los ministerios del gabinete entre su partido Likud y sus cuatro socios. Convertirse en ministro del gabinete no solo implica un título honorífico, sino también un presupuesto. Los ministros más importantes tienen un poder considerable sobre sectores del Estado, la sociedad y la población palestina ocupada.

El partido Likud de Netanyahu ganó 32 escaños y fue apoyado en la formación de un gobierno por dos partidos religiosos de derecha, Shas con 11 escaños y United Torah Judaism con siete.

Dos partidos, el Sionismo Religioso, liderado por Belazel Smotrich y Oztma Yehudit (Poder Judío), encabezado por Itamar Ben-Gvir, formaron un bloque que obtuvo 14 escaños, sin los cuales el nuevo gobierno no habría podido nacer. Ambos han demandado y recibido puestos clave.

Se creó un nuevo “Ministerio de Seguridad Nacional” con la aprobación del “proyecto de ley Ben-Gvir” el 27 de diciembre. Como ministro, Ben-Gvir tendrá control sobre la infame Policía Fronteriza en Cisjordania, uno de los instrumentos clave del aparato represivo colonial.

Cuando era joven, Ben-Gvir era seguidor del notorio racista Meir Kahane, un habitante de Brooklyn que se mudó a Israel y creó el partido Kach. Kach fue ilegalizado como organización terrorista por el gobierno israelí a principios de la década de 1990 debido a su virulento racismo. Las opiniones y acciones de Ben-Gvir fueron tan extremadamente racistas que se le negó la inducción al ejército israelí cuando alcanzó la edad de inducción.

Al igual que Smotrich, Ben-Gvir es líder del violento movimiento racista de colonos en Cisjordania y Jerusalén Este, un movimiento que ahora se siente más libre que nunca para llevar a cabo ataques asesinos contra los palestinos.

Nada podría ser más revelador sobre Ben-Gvir que su adoración de Baruch Goldstein cómo héroe. En 1994, Goldstein, con doble ciudadanía estadounidense e israelí de Nueva York, asesinó a 29 creentes palestinos e hirió a 125, incluidos muchos niños, dentro de la Mezquita de Ibrahim en la ciudad cisjordana de Hebrón. Ben-Gvir mantuvo una foto de Goldstein en la pared de su sala hasta que la quitó de mala gana para postularse como candidato para la Knesset en 2020 y dijo: “En aras de la unidad y una victoria de la derecha en las elecciones, estoy eliminando la fotografía en mi sala”. (Times of Israel, 15 de enero de 2020)

Al igual que Ben-Gvir, Smotrich defiende la expulsión de los palestinos de Cisjordania y del interior de Israel establecido en 1948. En octubre de 2021, les dijo a los miembros del parlamento palestino: “Están aquí por error, es un error que Ben-Gurion no terminó el trabajo de expulsarlos en 1948”. Ben-Gurion fue el primer primer ministro de Israel, y presidió la expulsión masiva de palestinos en 1948 y en 1949.

Aida Touma-Sliman miembro palestina de la Knesset, y de la Lista Conjunta de los árabes dentro del parlamento, tuiteó en respuesta: “Estamos aguantando este asqueroso fascismo todos los días en la Knesset”. (Haaretz, 13 de octubre de 2021).


También como Ben-Gvir y varios otros miembros del nuevo gobierno, Smotrich es profundamente racista, misógino y homofóbico. En 2016, tuiteó que apoyaba la segregación de mujeres palestinas y judías en las salas de maternidad. (Jerusalem Post, 6 de abril de 2016). Y en 2015, dijo que los compañías de bienes raíces no deberían tener que vender casas a los palestinos (Jerusalem Post, 16 de julio de 2015). En una burla de un desfile del Orgullo Gay en 2006, Smotrich organizó un “Desfile de las Bestias”, compuesto por animales. Diez años después, tuiteó: “Soy un homofóbico orgulloso”. Durante muchos años, Smotrich ha abogado por una política para las fuerzas de ocupación en Cisjordania de “disparar a matar”. Cuando se le preguntó en 2017 qué haría si un niño palestino arrojara piedras en una manifestación, respondió: “O le disparo, o lo encarcelo, o lo expulso”. (Guardián, 12 de marzo de 2017)

Collage de Liberación, fotos de Binyamin Netanyahu, Belazel Smotrich e Itamar Ben-Gvir

Smotrich será el nuevo ministro de finanzas y, lo más sigificativo, fue nombrado segundo ministro dentro del ministerio de defensa con control sobre la Administración Civil en Cisjordania. La posición de Ben-Gvir y Smotrich garantiza una escalada de los ataques fascistas contra los palestinos, que ya se producen más de una vez al día. Por ejemplo, entre el 10 y el 21 de octubre, se produjeron 100 ataques de este tipo en Cisjordania. Estos ataques son generalmente “observados” y, a menudo, se les unen las fuerzas militares de ocupación. (Haaretz, 21 de octubre)

La composición del gobierno más reciente y abiertamente racista en la historia de Israel es una vergüenza para los partidarios del estado sionista dentro y fuera de Israel. También, la intolerancia del gobierno hacia cualquier versión del judaísmo que no sea ortodoxa. Smotrich dijo en 2016 que “no estaba dispuesto a reconocer las conversiones reformistas (judías) y su religión falsa”. Si bien el objetivo claro del nuevo régimen israelí es continuar con la limpieza étnica de Palestina, el pueblo palestino ha dejado igualmente claro que se mantiene firme en su resistencia y no tiene intención de entregar su patria.

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