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Policías cobardes y el gobierno no hacen nada mientras los niños son masacrados

El Partido por el Socialismo y la Liberación expresa nuestras más profundas condolencias a los afectados por la horrible masacre que se cometió en la Escuela Primaria Robb en Uvalde, Texas. Condenamos contundentemente este atroz ataque, y expresamos nuestra solidaridad con las familias, los niños, los maestros y los miembros de la comunidad que vivieron y fueron testigos de la tragedia y sus consecuencias.

De no haber sido por la total cobardía de la policía, la horrenda escena de la escuela primaria Robb podría haber sido significativamente diferente, y se habrían salvado vidas. Diecinueve niños y dos maestros murieron en el tiroteo, mientras que otras 17 personas resultaron heridas. Sin embargo, prácticamente todo el tiempo que el asesino estuvo en la escuela –entre 40 y 60 minutos– estuvo “atrincherado” en un salón de clases donde mató a todas sus víctimas. Según un miembro del Departamento de Seguridad Pública, la “barricada” significaba en realidad que el asesino simplemente cerró la puerta del salón en el que entró.

Mientras el asesino estuvo casi una hora en el mismo lugar, la policía permaneció afuera de la escuela en vez de entrar al edificio y detenerlo, dejando que murieran más personas que en cualquier otro tiroteo escolar aparte del de Sandy Hook. Los testigos, los miembros de la comunidad y las familias de los estudiantes de la escuela instaron a la policía a que entrara y detuviera el tiroteo mientras los policías permanecían inactivos y esperaban afuera, pero sus súplicas fueron ignoradas. La inacción de la policía fue tan significativa que los padres desarmados discutieron la idea de entrar ellos mismos en la escuela al ver a quienes dicen “proteger y servir” quedarse quietos mientras los estudiantes eran masacrados.

Además de la impresionante cobardía, esta inacción también refleja el desprecio de los agentes de la policía por la vida de niños latinos. La población de Uvalde, Texas, es 73% latina, y la población de la Escuela Primaria Robb es 90% latina. Además, el 87% de los estudiantes provienen de familias consideradas por la escuela como de bajos ingresos. Cuando la gente pobre y de clase trabajadora, especialmente la gente de color, está siendo asesinada, salvar sus vidas simplemente no es una prioridad para la policía.

También es una vergüenza absoluta que los seres queridos de las víctimas no puedan ni siquiera esperar el consuelo de saber que la industria que se beneficia mientras la epidemia de tiroteos en las escuelas hace estragos tendrá que rendir cuentas. Gracias a la “Ley de Protección del Comercio Legal de Armas” (PLCAA por sus siglas en inglés), aprobada bajo la administración Bush en el 2005, los fabricantes y distribuidores de armas gozan de una amplia inmunidad de las demandas civiles derivadas de los tiroteos que se llevan a cabo con sus productos. Con sólo un puñado de excepciones muy limitadas a esta inmunidad, la PLCAA ha protegido a la industria de las armas de las consecuencias de su negligencia e irresponsabilidad por casi dos décadas.

En prácticamente todas las demás industrias, la mayoría de las cuales producen artículos que son mucho menos potencialmente mortales, los fabricantes están sujetos a la responsabilidad civil si sus productos causan daños. Sin embargo, la industria de las armas no sólo goza de protección federal y estatal con la PLCAA, sino que también hay 35 estados que han promulgado leyes que conceden inmunidad general adicional a los fabricantes de armas, o que le impiden a los gobiernos municipales emprender acciones legales contra la industria de armas.

La tragedia de la Escuela Primaria Robb es desgarradora. Cuando uno considera todas las formas en que esta masacre fue amplificada por la inacción de la policía y el hecho de que los fabricantes de armas tienen inmunidad legal, también es indignante. Para poner fin a la violencia con armas de fuego –para poner fin a los tiroteos en las escuelas y a todos los tiroteos masivos– no podemos confiar en la buena voluntad de los que actualmente tienen el poder en el gobierno. Debemos luchar juntos, protegernos mutuamente y luchar por una sociedad libre de violencia.

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