Buscado por terrorismo: asesino de la CIA Luis Posada Carriles






Caricatura de Gerardo Hernández Nordelo, uno de los cinco cubanos injustamente sentenciados por oponerse a terroristas anti-Cuba.

Photo: Gerardo Hernández Nordelo
‘Fue un día triste, un día amargo, desolador para el pueblo cubano y todos nosotros—las víctimas y lo que quedaron atrás. Hay muchos en nuestro país que sufrieron las mismas consecuencias por culpa de Luis Posada Carriles, viudas con niños pequeños, todos.”

Ana Lucía Rodríguez, de 60 años de edad, es la viuda de Wilfredo Pérez Pérez, el capitán de la nave del vuelo 455 de la aerolínea Cubana de Aviación. Ella y sus tres hijos perdieron a su esposo y padre el 6 de octubre de 1976. En ese día fatídico, Pérez guiaba el avión de pasajeros en un vuelo desde Barbados a Cuba.

El avión transportaba 73 personas: 57 cubanos, 11 guyaneses, y cinco norcoreanos. Seis minutos después, dos bombas explotaron en el avión. Los últimos momentos de terror que llenó el avión viven en las voces de la caja de grabación mientras que los pilotos valientemente luchaban contra lo inevitable. Todas las 73 personas a bordo perecieron.

Ni los pasajeros ni el personal de la nave podían imaginarse que sus vidas se acortarían por ese acto cobarde, brutal y fascista organizado por dos terroristas bajo la planilla de pago de la CIA, Luis Posada Carriles y Orlando Bosch.

Nuevos documentos desclasificados del FBI y la CIA prueban lo que era conocido por décadas: Posada fue central en el planeamiento y ejecución de la explosión y la masacre del avión, conocido en Cuba el crimén de Barbados.

Su cómplice fue Orlando Bosch. Bosch ahora vive en Miami, gracias a la intervención de George H.W. Bush en 1990.

Ahora, Luis Posada Carriles está esperando el mismo favor de George hijo. A fines de marzo, Posada entró secretamente en Miami en busca de “asilo”. Sin lugar a dudas él recibió ayuda para entrar a los Estados Unidos.

Agencias policiales de los Estados Unidos, desde Homeland Security hasta el FBI, fingen ignorancia sobre su paradero en el sur de la Florida. La portavoz del FBI Judith Orihuela dijo el 25 de abril: “Si él está aquí ilegalmente, no está bajo la jurisdicción del FBI.”

EEUU ha creado una red de terroristas contra Cuba

¿Como ha podido Posada, un confeso terrorista, burlar su arresto? La respuesta es simple: el gobierno de los Estados Unidos ha creado el aparato de terroristas contra Cuba. Posada fue siempre un operativo central, capaz de conducir las acciones más monstruosas en nombre de sus jefes.

Miami es la región más grande de operaciones de la CIA montadas en suelo de EEUU. Más de 4,000 cubanos de derecha que se fueron de Cuba después de la revolución de 1959 fueron entrenados en manejo de explosivos, sabotaje y actividades contrarrevolucionarias. Comenzando con el establecimiento de la base de la CIA JM/Wave y centro de entrenamiento en 1962, el solo objetivo de la CIA ha sido sembrar el terror contra Cuba y su pueblo, con la esperanza desesperada de destruir el país socialista.

Después de décadas de estrago y terror, con impunidad otorgado por Washington, Posada esperaba que su pedido de asilo fuera aprobado sin demora. Lo que Posada y sus entrenadores no anticiparon es la intensa oposición creciente en los Estados Unidos demandando su arresto inmediato y extradición.

La embajada de Venezuela en Washington presentó un pedido formal de extradición al Departamento de Estado de EEUU el 13 de mayo. Existe un acuerdo de extradición entre los dos países. El Canciller de Venezuela Alí Rodríguez dijo, “Esperamos la gran diligencia de las autoridades de EEUU, dado que los Estados Unidos, como Venezuela, han sido víctimas de acciones terroristas. Uno de los casos más obvios y probados de terrorismo, es el del terrorista internacional Luis Posada Carriles.”

Posada y Bosch planearon y dirigieron la voladura de la nave de Cubana de Aviación en Venezuela. Con ayuda de la CIA, Posada se escapó en agosto de 1985 de la prisión San Juan de Los Morros, Venezuela, donde estaba cumpliendo su condena por la voladura del avión.







Miembros de la familia del capitan Wilfredo Pérez Pérez que fue muerto en 1976 en la voladura de un avión de Cubana de Aviacón.

Photo: Gloria La Riva
Un acto terrorista tras otro

La historia de Posada es una serie de una acción terrorista tras otra.
En los 1970, como director de la División de Servicios de Inteligencia y Prevención (DISIP) de la policía nacional de Venezuela, Posada supervisó la muerte de venezolanos de izquierda.

Después de que se escapó de Venezuela, Posada se mudó a El Salvador, donde comandó el abastecimiento de armas a los contras nicaragüenses desde la base aérea estadounidense en Ilopango.

Durante los 1990, terroristas anti-Cuba, renovaron sus actividades contra Cuba en nombre de Washington. Los imperialistas estadounidenses y sus agentes pensaron que con el colapso de la Unión Soviética, Cuba sería un blanco fácil para sabotajes económicos.

Posada admitió a una reportera del New York Times, Ann Louise Bardach, en una entrevista en julio 12 y 13 de 1998, que él recibía dinero de miembros de la Fundación Nacional Cubano-Americana. Era entendido que los fondos eran para acciones terroristas. A cambio, Posada les pagó a individuos salvadoreños y guatemaltecos para viajar a Cuba y colocar bombas en hoteles.

¿El objetivo? Sembrar el terror y desalentar a los turistas que planeaban visitar a Cuba en el momento cuando la isla estaba desarrollando el turismo como fuente principal de ingreso.

En un atardecer caluroso, el 4 de septiembre de 1997, Fabio Di Celmo, de 32 años de edad, se acababa de despedir de amigos después de pasar el día nadando en el conocido hotel Cobacabana en la Habana. Di Celmo, un ciudadano italiano, amaba a Cuba y deseaba mudarse allí. Mientras estaba en la sala de espera del Copacabana, explotó una bomba.







Familiares del equipo cubano de esgrima y maestros que murieron en la voladura del avión en 1976, Venezuela.

Photo: Gloria La Riva
Una metralla le perforó la vena yugular y Di Celmo se desangró hasta morir. En la entrevista en el Times, Bardach relata los comentarios escalofriantes de Posada: “El señor Posada admitió ser el arquitecto de los bombardeos en los hoteles. Riéndose entre dientes, el señor Posada describió la muerte del turista italiano como un accidente, pero declaró: ‘Yo duermo como un bebé… ese italiano estaba en el lugar equivocado a la hora equivocada….”

Pero ese no fue el final. En noviembre del 2000, Posada Carriles junto a Guillermo Novo Sampol, Gaspar Jiménez Escobedo, y Pedro Remón, fue arrestado en la ciudad de Panamá, en Panamá, con armas y explosivos C-4. Su blanco era el Presidente de Cuba Fidel Castro, que estaba invitado a hablar en un auditorio de la universidad. Si su ataque hubiese sido exitoso, el presidente y cientos de estudiantes panameños hubieran perecido.

A pesar de ser condenado, los hombres solo recibieron sentencias de cuatro a ocho años. Después, días antes de terminar su mandato, la Presidenta de Panamá Mireya Moscoso indultó a Posada y a sus colaboradores. Moscoso nunca escondió su simpatía por los terroristas anti-cubanos de Miami.

Venezuela había pedido la extradición de Posada desde Panamá en el 2001, pero Moscoso se negó.

¿Llegó la hora?

Es posible que le haya llegado la hora a Posada Carriles. La lucha que se está llevando a cabo en Estados Unidos podría ser crítica para asegurar finalmente que se haga justicia para las víctimas de Posada y ayudar a parar el terrorismo que Cuba ha soportado por 45 años.

A través de América Latina y en los Estados Unidos, organizaciones progresistas y hasta la prensa burguesa están pidiendo su expulsión de EEUU y juicio en Venezuela o un tribunal internacional por la voladura del avión.

En los Estados Unidos la coalición antiimperialista ANSWER lanzó inmediatamente una campaña masiva de cartas a Bush y al Congreso. En tres cortas semanas, más de 20,000 cartas fueron enviadas a Bush.

Los principales periódicos estadounidenses, desde el New York Times, USA Today y el San Francisco Chronicle al Miami Herald, están pidiendo la extradición de Posada.

En Cuba, el Presidente Fidel Castro y otros líderes diariamente están informando a toda la población y el mundo sobre la demanda de ese país por la justicia. Cientos de miles de cubanos se han manifestado contra el refugio de EEUU para el terrorista Posada.

El sufrimiento de las familias cubanas por la pérdida de sus seres queridos no se ha aliviado con el pasar del tiempo.

Su hermana, Lilia Caridad Cabrera, todavía llora cuando habla de su hermano. “Yo tenía 16 años. Vinieron a decirnos sobre el avión cuando salía para la escuela en la mañana.”

“Ese día, la tristeza llegó para quedarse en nuestro hogar.”

“El estaba estudiando arquitectura. Como un joven, creció en el proceso de la Revolución. Como el mayor, nos daba a los más jóvenes consejo y apoyo. Mi familia nunca se ha recuperado de su pérdida. No podemos aceptar la idea de que a sólo 22 años, murió de una muerte tan horrible y triste.

“Quiero pedirle al pueblo americano: por favor únanse a nosotros, no le den refugio a Posada Carriles en los Estados Unidos. Ayúdenos a lograr que se haga justicia. El necesita recibir justicia o continuará cometiendo terrorismo, incluso contra el pueblo de Estados Unidos. Por favor únanse a nuestros sentimientos de tristeza. Ayúdenos a lograr la justicia.”

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