Latinoamérica muestra el camino hacia adelante






El pueblo venezolano liderado por el Presidente Hugo Chávez está logrando avances ecónomicos significantes.

Photo: Reuters/Daniel Aguilar

Un resurgimiento popular está barriendo América Latina. Las masas de numerosos países en América Latina han rechazado enérgicamente el proyecto económico neoliberal como parte de la agenda de dominación regional del imperialismo estadounidense.

El movimiento popular en Ecuador ha derrocado tres presidentes en nueve años. En los dos años pasados, dos han sido forzados a renunciar por enérgicas protestas lideradas por los pueblos indígenas, campesinos, estudiantes y trabajadores.

En Bolivia, un movimiento liderado por obreros e indígenas expulsaron al Presidente Gonzalo Sánchez de Losada hace dos años. Sánchez de Losada promovió las privatizaciones de los abundantes recursos de petróleo y gas natural. El movimiento entonces echó a su sucesor en el gobierno, Carlos Mesa en mayo del 2005 por continuar con las mismas políticas criminales.

Países como Perú, El Salvador y Colombia han visto grandes protestas militantes contra las políticas neoliberales implementadas por los regimenes en América Latina, en favor del Banco Mundial y el Fondo Monetario Internacional.

Inclusive los expertos burgueses reconocen que el imperialismo estadounidense enfrenta una crisis como consecuencia de sus políticas neoliberales agresivas. En un artículo titulado “¿Se volcará la marea rosa de América Latina sobre México?” La periodista Diane Lindquist escribe, “En los seis años pasados, presidentes de izquierda han llegado al poder en Chile, Argentina, Uruguay, Bolivia y Brasil. … Esos líderes ahora presiden sobre las tres cuartas partes de las 355 millones de personas en América Latina. Sus ascensos han sido propulsados por el cuestionamiento público de 20 años de políticas de libre mercado y la privatización por parte de sus predecesores más conservadores (ParamusPost.com, 24 de junio, 2005)

A pesar de que esos presidentes llegaron al gobierno en respuesta a las demandas del poderoso movimiento popular, no han podido cumplir lo que prometieron. Con la excepción de Hugo Chávez en Venezuela, los líderes de la social democracia han hecho muy poco por sus pueblos. Ellos no están orientados hacia el cambio revolucionario de las relaciones de propiedad capitalista, pero sino hacia una política de reforma dentro del orden social existente.

Las victorias electorales pueden ofrecer alguna esperanza al movimiento de masa, pero también pueden ser usados para canalizar las energías del movimiento en caminos considerados seguras por la clase dominate y el imperialismo estadounidense. El factor determinante verdadero en la lucha contra el neoliberalismo y el imperialismo en general, no es la postura política de algún social demócrata, pero en cambio la fuerza y la organización del movimiento y la realización de sus metas a largo plazo para la acción revolucionara.

El movimiento en Bolivia, por ejemplo, ha sido lo suficientemente fuerte para derrocar a un presidente tras otro que no respondieron a las demandas populares. A pesar de que ha habido desacuerdos entre las diferentes fuerzas que lideraron el movimiento sobre las tácticas a emplear, el pueblo boliviano ha sido claro sobre su demanda central—ellos quieren que los recursos naturales de Bolivia sean nacionalizados.

La cuestión del poder estatal






Las FARC-EP están peleando una guerra de guerrilla contra el reaccionario gobierno colombiano.

Photo: Jose Miguel Gomez/Reuters

La situación en Bolivia y en otros países, sin embargo, presenta una pregunta más amplia que la pregunta de como luchar contra la privatización de una industria o por la nacionalización de un recurso natural particular. La pregunta que surge en todas estas luchas es como se resolverá de una vez y para siempre la profunda crisis como consecuencia de las reformas del libre mercado.

En el fondo, la pregunta es sobre la toma del poder estatal—cómo el pueblo oprimido y trabajador puede sacarle el poder a la elite gobernante y ponerlo en sus propias manos.

La cuestión del poder estatal saca a relucir la pregunta de que es el estado y su papel en la sociedad. Los Marxistas revolucionaros entienden que el estado llega desde el principio con la sociedad de clase. Es un instrumento para mantener el dominio de la clase opresora—dueños de esclavos, señores feudales, capitalistas—para sojuzgar por la fuerza a la clase oprimida.

Alcanzar el poder estatal es crear un nuevo ejército del pueblo, la policía, la corte, las prisiones y las instituciones políticas del estado. Los Marxistas apuntan a elevar a la clase obrera a la posición de clase dominante, a través del derrocamiento de la clase capitalista y su estado.

Los trabajadores y los pobres de Venezuela, Colombia y Cuba están presentando de varias formas la cuestión del poder estatal, las cuales giran alrededor de la fuerza y la organización de las masas y su capacidad de tomar el poder.

Venezuela: victorias crecientes para el pueblo

La victoria presidencial de Hugo Chávez en 1998, y sus subsecuentes éxitos electorales, no procedieron de las promesas y una bien financiada maquinaria electoral, sino de la inmensa popularidad que ganó en 1992 después de intentar derrocar al odiado presidente Carlos Andrés Pérez.

Desde el comienzo de los años 70, Chávez estaba preparando una formación cívica-militar progresista contra el gobierno. Con la masiva rebelión popular de 1989 que estalló en Caracas debido a la pobreza intolerable, él fue inspirado a lanzar el ataque militar contra el gobierno en 1992.

Los frutos de esa lucha se hicieron realidad en el éxito electoral de Chávez en 1998. La perspectiva implacable de Chávez de mejorar la vida del pueblo venezolano empobrecido, junto con el ferviente apoyo popular, han guíado la revolución bolivariana hacia múltiples victorias, a pesar de la violenta oposición de la derecha.

Su administración comenzó un cambio inmediato del panorama político venezolano formando asambleas constituyentes. Estas atrajeron a muchos activistas y representantes de organizaciones de mujeres, comunidades indígenas y otras fuerzas para crear una de la constituciones más progresistas del hemisferio. Fueron aprobadas leyes para redistribuir la tierra y proteger pequeñas compañías pesqueras, entro otras cosas.

Pero no fue hasta abril del 2002 que la revolución bolivariana en Venezuela dio un salto cualitativo cuando Chávez fue secuestrado por miembros del ejército y la elite venezolana con el apoyo de Estados Unidos. En aquella ocasión, cerca de un millón de trabajadores y venezolanos pobres salieron a las calles forzando su retorno.

La derrota del golpe de estado anti-Chávez puso en claro que la clase obrera venezolana, y especialmente los sectores más pobres, estaban comprometidos con la revolución bolivariana y estaban dispuesto a sacrificar sus vidas y bienestar para defenderla. Desde entonces, la revolución bolivariana ha continuado fortaleciéndose y expandiéndose de muchas formas.

El gobierno de Chávez y el pueblo venezolano, con la ayuda esencial de Cuba, ha establecido programas de salud y educación gratis, viviendas, trabajos y otros servicios sociales.

El pueblo venezolano ha defendido sus logros y el proceso revolucionado de repetidos ataques de la elite venezolana y sus promotores estadounidenses. Se ha fortalecido y ha ganado experiencia después del golpe de estado de abril del 2002, los dos sabotajes económicos debilitantes por los capitanes de la industria, un referéndum y las amenazas y advertencias crecientes de EEUU.






La clase obrera de Cuba controla el poder esta tal.

Photo: Ahmed Velázquez

La cuestión del control estatal es un factor importate para consolidar y defender esos logros. Para lograr el poder estatal, la clase trabajadora venezolana tiene que controlar el aparato político y estatal y todas sus instituciones como el ejército y la policía. La propiedad privada debe ser abolida en los centros claves de la economía y reemplazado por la propiedad pública y control popular. Esto todavía no ha sucedido, pero recientemente han habido avances significantes. El liderazgo de Chávez y su administración están empujando al país en esa dirección.

Después del golpe de estado de abril del 2002, hubo una reorganización del ejército venezolano. Los oficiales que participaron en el golpe fueron expulsados y el ejército ahora esta liderado por oficiales pro-Chávez, pero aun quedan elementos dentro del ejército que se oponen a la revolución bolivariana.

El 16 de mayo del 2004, Chávez anunció la “Agenda Bolivariana del 2006” y enumeró tres líneas de defensa nacional: el fortalecimiento del ejército, la profundización de la unión cívica militar y la promoción de la participación activa de los ciudadanos en la defensa nacional. (Venezuelanalysis.com, 20 de mayo, 2004)

En otro paso para armar al pueblo, el 4 de febrero del 2005, Chávez anunció la creación de unidades armadas populares de autodefensa en vecindarios y lugares de trabajo.

La revolución bolivariana está comenzando a desafiar la propiedad privada de los medios de producción de la clase capitalista venezolana—las fábricas, granjas y otras propiedades privadas. Dos plantas, una de papel y otra de producción de válvulas, han sido nacionalizadas en respuesta a la lucha de los trabajadores de esas industrias. PDVSA, la corporación estatal petrolera, ha sido revitalizada y puesta en las manos del estado. Y Chávez anunció el 27 de junio del 2005, la creación de una compañía petroquímica estatal. (Venezuelanalysis.com)

Chávez ha indicado que su meta final y la meta del pueblo venezolano es trabajar por el socialismo. El 23 de junio del 2005, en una manifestación en Paraguay, Chávez dijo, “El capitalismo ha estado por décadas en una crisis que crece con más profundidad cada día.” Hizo un llamado a los países de Sudamérica a seguir “El camino del socialismo, el cual es el camino de la salvación para nuestros pueblos.” (Utpba.com.ar)

El pueblo de Colombia está en marcha

El poder estatal también es un asunto prominente dentro de Colombia, país vecino de Venezuela.

En Colombia, las fuerzas revolucionarias están envueltas en una lucha de masa contra el gobierno colombiano apoyado por Estados Unidos por más de cuatro décadas. Los elementos más avanzados en la lucha están tratando de resolver la cuestión del poder estatal con derrocar al gobierno burgués para construir el socialismo. Este movimiento no es sólo un rechazo a las reformas neoliberales, pero al propio capitalismo.

Estados Unidos ha gastado más de 3 mil millones de dólares armando y entrenado al ejército de Colombia en un intento de detener la insurgencia. El papel de Colombia en la región ha tomado el mismo papel del de Israel en el Medio Oriente—una guarnición estatal para la clase dominante estadounidense.

Las Fuerzas Armadas Revolucionaras de Colombia, Ejército del Pueblo, conocido como FARC-EP—son una parte importante del movimiento por cambios sociales en Colombia, La FARC-EP es una organización Marxista revolucionaria que busca poner en el poder a la clase obrera y campesina a través de la lucha revolucionaria. Ellos han empleado una variedad de tácticas con ese fin, incluyendo la lucha armada y las movilizaciones masivas de campesinos y obreros.

El movimiento en Colombia continúa avanzando sus demandas, a pesar de haber sufrido una gran represión por parte del gobierno y de los escuadrones de la muerte paramilitares. Junto a organizaciones como las FARC-EP, los sindicatos se mantienen activos y hay un movimiento popular de masa progresista contra las reformas del libre mercado. El movimiento creciente, formado de estudiantes, pueblos indígenas, sindicalistas, campesinos y otros, no sólo está en oposición a las reformas neoliberales en la educación, las telecomunicaciones y otras industrias, sino que también se está pronunciado contra la intervención imperialista de Estados Unidos en Colombia y a través del mundo.

El ejemplo de Cuba, la alternativa

Cuba ofrece una alternativa genuina a la crisis del neoliberalismo: propiedad y planificación socialista. Es el único país en América Latina que ha escapado al saqueo de las políticas económicas neoliberales, a pesar de que ha sufrido mucho a través del bloqueo económico y las sanciones impuestas por Estados Unidos durante las cuatro décadas pasadas.

La clase obrera en Cuba está en el poder. Tomó el poder cuando el movimiento revolucionario liderado por Fidel Castro y otros, depusieron al régimen títere cubano—respaldado por EEUU—del dictador militar Fulgencio Batista, después de una lucha guerrillera.

Desde la victoria de la revolución en enero de 1959, el pueblo cubano ha hecho grandes logros sociales y económicos. Los cubanos disfrutan de salud gratis, educación, viviendas y alimentos adecuados. Ellos tienen trabajos, derechos sindicales y la libertad de no ser explotados. No se les permite a las corporaciones transnacionales robar dinero de los trabajadores cubanos. Cuba, a través de su liderazgo socialista revolucionario, ha organizado la sociedad para satisfacer las necesidades humanas, no para proteger la propiedad privada y las ganancias.

Cuba también ha ayudado a pueblos y movimientos de liberación, a través del mundo. A mediado de los años 70, Cuba envió 300,000 voluntarios a combatir, y últimamente a derrotar el ejército del apartheid sudafricano en Angola. Cuba tenía el apoyo económico de la Unión Soviética cuando se comprometió a este acto heroico de la solidaridad internacional con el pueblo del sur de África. Miles de cubanos murieron en la lucha que eventualmente terminó con el fin del régimen racista del apartheid en Sudáfrica.

Y Cuba ha enviado miles de médicos y dentistas a todo el mundo. Más de 13,000 de ellos actualmente están trabajando al servicio de la revolución bolivariana de Venezuela.

Se ha desarrollado un comercio especial entre Venezuela y Cuba. Los acuerdos de la Alternativa Bolivariana de las Américas (ALBA) y otros acuerdos bilaterales han proveído médicos cubanos y otros profesionales a Venezuela y ha ayudado a revitalizar la economía cubana—que estaba fuertemente dañada con el derrocamiento de la Unión Soviética.

El compromiso del liderazgo cubano a defender la soberanía del país, y sus esfuerzos consecuentes de presentar una alternativa económica y social al neocolonialismo, ha elevado su estatura entre los pobres y trabajadores de América Latina y el Caribe. El esfuerzo por parte de EEUU de imponer un aislamiento diplomático y económico a Cuba continúa siendo fracaso mientras que los gobiernos de todo el continente están estableciendo relaciones con el gobierno cubano. Para el pueblo indigente de América Latina, el camino socialista que Cuba escogió, ofrece la única alternativa auténtica a una vida de pobreza y sufrimiento.

El movimiento revolucionario y progresista puede ver a Cuba, a Venezuela y a muchos movimientos en América Latina que están resistiendo al imperialismo y luchando por cambios sociales, como una inspiración para las luchas venideras.

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