Los Macheteros y la lucha independentista de Puerto Rico







Filiberto Ojeda Ríos


Filiberto Ojeda Ríos, comandante principal del Ejército Popular Boricua-Macheteros, fue asesinado en su casa por cientos de agentes del FBI quienes sellaron la comunidad de Hormigueros, Puerto Rico, donde vivía con su esposa. Rodearon su casa y abalanzaron su hogar hasta causar su muerte. Ojeda tenía 72 años. El FBI escogió el 23 de septiembre del 2005—el día del Grito de Lares, día histórico conmemorando la lucha anticolonialista en contra de España—para llevar a cabo este crimen. 

Puerto Rico ha sido una colonia desde que los Estados Unidos invadió la isla en el año 1898. Desde entonces, los independentistas han luchado por la independencia del dominio colonial estadounidense.

La indignación del pueblo puertorriqueño con este acto imperial y asesino se ha visto en las calles en todo Puerto Rico. Se espera una marcha nacional para recordar a Filiberto y para exigir que se vaya el FBI de Puerto Rico. El pueblo puertorriqueño se unió para sacar a la marina estadounidense de Vieques, y lo logró en el 2003.

Lo siguiente es una entrevista realizada por Socialismo y Liberación con Antonio Camacho Negrón a dos semanas después del asesinato de Filiberto Ojeda. Camacho Negrón sirvió 15 años en cárceles estadounidenses por acusaciones de haber participado en el robo de la depositaria Wells Fargo en Hartford, Connecticut junto a otros miembros del EPB-Macheteros en 1983. Camacho está ahora libre y vive en Puerto Rico y Nueva York bajo constante hostigamiento de las fuerzas represivas estadounidenses.


Filiberto Ojeda Ríos sale a la luz pública a principios de la década del 1960, cuando había un movimiento clandestino. A él lo acusaron de poner una bomba en un hotel.

Al mismo tiempo cuando lo acusaron existía en Puerto Rico lo que llamamos “escuadrones de la muerte,” que eran escuadrones de la policía que se dedicaban a hostigar y a asesinar a los independentistas, además que tenían a los independentistas fichados y aparecían en las listas negras de la policía. Les negaban a los independentistas trabajo e ingreso, muchas veces, y había discriminación contra los independentistas muchas veces en las universidades y persecución a todos los niveles. Naturalmente la policía de Puerto Rico no estaba sola; estaba asesorada por las fuerzas de inteligencia de Estados Unidos, el FBI. 

Esos escuadrones de la muerte asesinaron a varios compañeros. Inclusive había grupos derechistas cubanos que se dedicaron a poner bombas en actividades de los independentistas, por ejemplo en Mayagüez en un restaurante pusieron una bomba en donde murió una persona e hirieron a otras en una actividad del movimiento pro-independencia por los años 1968-70. 

A todo esto, surge en el movimiento independentista el qué hacer sobre toda esta embestida. Si salimos públicamente, perdemos los trabajos, nos persiguen. Muchas veces la policía acostumbraba mudar agentes cerca de los independentistas para hostigarlos y seguirlos a todos lados. Muchas veces en este hostigamiento los paraban y los amenazaban. Todo esto nos llevó a un grupo de personas a cuestionar que hacer. 

En este que hacer, surgieron un sinnúmero de organizaciones clandestinas. Surgen los Comandos Armados de Liberación Nacional, los Voluntarios de las Fuerzas Armadas de Liberación Nacional, el Movimiento Armado Revolucionario y otras más, que eran pequeños grupos que sin estar en coordinación, empiezan a descubrir que la única alternativa a esta embestida de la policia gubernamental era el clandestinaje. Se crearon organizaciones clandestinas. 

Al mismo tiempo, la policía de Puerto Rico y las fuerzas armadas de Estados Unidos empiezan a hacer una serie de visitas a los vecinos de los independentistas para indisponerlos y utilizarlos en contra de los independentistas, metiéndoles miedo de que eran comunistas, etc. 

El inicio de los Macheteros






Mas de 250 personas protestaron en frente del Edificio Federal en la ciudad de Nueva York por el asesinato de Ojeda, 25 de sep., 2005.

Photo: Roberto Mercado

Filiberto fue arrestado en 1961. Cuando se da cuenta que no va a tener un juicio justo y que la policía le estaba amenazando y es posible que lo asesinen, decidió irse para Cuba. Regresó clandestinamente a Puerto Rico. Empezó a reorganizar las fuerzas clandestinas y logra unir a varios de estos grupos e individuos para crear una nueva organización, que para ese momento todavía no eran los Macheteros. 

Ahí surge un operativo en contra de la corte federal, un bazookazo contra la oficina del FBI, el ataque en Sabana Seca en el año 1979, como respuesta ante la muerte de Ángel Rodríguez Cristóbal, que fue asesinado en la cárcel de Tallahassee, Florida. El fue torturado, y como respuesta a eso Los Macheteros, que ya habían surgido a eso del año 1976, contesta a eso con lo de Sabana Seca. 

Posteriormente hubo la cuestión de la Base Muñoz donde se explotaron nueve aviones de la guardia nacional como respuesta también a la represión de Estados Unidos en Puerto Rico, y un sinnúmero de otras actividades en apoyo a huelgas en Puerto Rico. 

La lucha armada como táctica

Cuando hablamos de lucha armada, hay que entender lo siguiente: el objetivo de la lucha armada en Puerto Rico no era derrocar militarmente al gobierno de los EEUU, porque sabíamos que eso era imposible. Sino teníamos varios objetivos. 

Primero era mantener una continuidad de lucha. Sabíamos que si dejábamos que las fuerzas anexionistas, que estaban ya cogiendo fuerza en Puerto Rico, tomaban el control, a la larga iban a llevar al coloniaje a su máximo desarrollo, y el puertorriqueño iba a perder su identidad, su idioma, su cultura, etc. Nosotros teníamos una responsabilidad con el pueblo de mantener una historia de lucha de resistencia que para ese tiempo realmente no existía. 

El factor dos era mantener una presencia a través de lo que llamábamos propaganda armada. Nuestras acciones no estaban encaminadas a derrocar las fuerzas represivas norteamericanas, pero sí a crear una propaganda sobre la existencia de esa resistencia y sobre la existencia de la nación puertorriqueña. Porque en Puerto Rico todos los medios de difusión—los periódicos, la radio, la televisión—todo está controlado por las leyes federales de comunicaciones y todos ellos responden a los intereses de los Estados Unidos. Ellos mienten con respecto a lo que está pasando en términos del sistema colonial y la represión policíaca o del FBI en Puerto Rico. La única forma que podíamos romper ese cerco informativo era por medio de actos armados, para obligar a ellos a divulgar la situación de Puerto Rico y la gente empezara a cuestionárselo. 

De esta manera el pueblo de Puerto Rico empezaba a ver que las fuerzas represivas de los EEUU no eran tan sagradas. Empezaba el proceso de descolonización; un proceso psicológico. Se oía a la gente decir, “Me gustaría ser parte de esto.” La gente se manifestaba mucho en la calle, tenían una esperanza en el movimiento. 

Estos eran los principios básicos que nos movían. 

Así estuvimos después de los asesinatos de Cerro Maravilla en 1978 donde se asesinaron a dos jóvenes por la policía de Puerto Rico, con la planificación del FBI, que eso lo sabemos. Eso no fue la policía de Puerto Rico solo, ellos taparon al FBI por unas cuestiones políticas, pero ahora con el asesinato de Filiberto vemos muy claro la participación del FBI en la planificación anterior. Es el mismo diseño de una manera u otra. 

Los Macheteros y la Wells Fargo

Sigue la organización hasta que se comete el acto de expropiación de $7.2 millones de la depositaria Wells Fargo en Hartford, Conn., para el 1983. Fue un robo perfecto. Pero por cuestiones del mismo dinero y por el sentimiento colonial arraigado en algunos de los miembros, empezó una división interna de la organización. 

Al fragmentarse la organización, una persona viola los reglamentos de la organización. Era parte del reglamento nunca hacer público las expropiaciones económicas, no importa la cantidad. Esta persona viola este reglamento interno, y entonces se hace público que el robo de la Wells Fargo en Connecticut fue obra de los Macheteros. 

Naturalmente, una vez que le dan esta pista al FBI, ellos se tiraron a Puerto Rico. Trajeron como 500 agentes, se gastaron $45 millones en una investigación, interceptaron los teléfonos de todo aquellos individuos que ellos creen que puedan ser radicales—estamos hablando de miles de personas. 

Empiezan a darle seguimiento a personas que ellos sospechaban que pertenecían o habían pertenecido a alguna organización revolucionaria, y a través de ese seguimiento y además de otra información que se les ofrece por medio de un operativo sobre un bazookazo a las oficinas del FBI en Puerto Rico. En el vehículo que se usó, el FBI encontró un ticket que se había pedido a nombre de un nombre ficticio que usaba Filiberto Ojeda Ríos. Cuando ellos investigan para ver quien era esa persona, descubren que Ojeda Ríos estaba en Puerto Rico. Anteriormente ellos pensaban que Ojeda Ríos estaba en África o en otros países.

Le dan seguimiento a la familia y a otros compañeros que estaban relacionados con él y logran dar con él, saber donde estaba. Naturalmente ellos no dicen nada. Empiezan a fichar a todos aquellos que se acercaban a Filiberto, y gracias a eso pudieron tener un perfil, un diagrama de muchos de lo miembros de la organización, los miembros en posiciones de dirección. 

Empiezan a crear la evidencia circunstancial para vincular a los Macheteros al robo de los $7.2 millones en Connecticut. No tenían ninguna evidencia directa—solamente circunstancial. Con esa evidencia arrestan 14 personas en el 1985 y después arrestan 3 más en 1986. [Un total de 19 personas fue acusado—Ed.] Los acusan del robo de la Wells Fargo y una serie de acusaciones relacionadas a este robo. 

Antes de apelar el asunto de las grabaciones ilegales del FBI, la fiscalía decide llevar a juicio a cinco personas a quienes no les afectaba las grabaciones ilegales, que fue a los que menos delitos tenían como el caso mío en donde yo tenía solamente tres acusaciones, mientras que los demás tenían 19 acusaciones. Yo serví 15 años, y salí en agosto de 2004. 

En el juicio hubo una compañera, que por el miedo que le metieron, aceptó responsabilidad a cambio de una sentencia de cinco años. Otro salió inocente, defendido por un ex-fiscal de la misma corte. Yo salí con 15 años, Segarra Palmer salió con 75 años, Norman Rodríguez Talavera salió con cinco años. 

Posteriormente a la apelación de la fiscalía, muchos de los compañeros negociaron con la fiscalía para conseguir condenas más benévolas. Naturalmente la fiscalía estaba dispuesta a hacer cualquier tipo de negociación, porque lo que querían era desprestigiar el movimiento independentista y presentar el caso como un caso criminal y no un caso político. 

La misma fiscalía le sugirió a muchos de los acusados, inclusive a mí, de que si aceptábamos responsabilidad, ellos estaban dispuestos a negociar y nos darían la sentencia mínima, y a no abrir ningún otro caso en contra de nosotros. Como es natural la mayoría de los compañeros acusados aceptaron esas condiciones. Personas que tenían 17 a 19 cargos, a la larga terminaron cumpliendo tres años y medio a cinco años de cárcel. Mientras aquellos de nosotros que no lo aceptamos, como el caso mío que yo solamente tenía 3 cargos, tuve que hacer 15 años por no aceptar las condiciones. 

‘Yo confío en el pueblo’

En el caso de Filiberto, estuvo tres años encarcelado sin derecho a fianza y sin derecho a un juicio rápido. A los tres años se desarrolla una campaña a través de Amnistía Internacional y grupos de derechos humanos, y se logra hacer presión sobre los jueces de Hartford y deciden darle libertad bajo palabra, con la condición de que no podía salir del área de Hartford y que tenía que reportarse diariamente a la corte. 






Estudiantes en San Juna, Puerto Rico toman las calles, 28 de sep., 2005.

Photo: Puerto Rico Indymedia

Ojeda Ríos empieza a recibir en su apartamento a un sinnúmero de personas de la vecindad, de la localidad, de Nueva York y otros lugares, y la fiscalía, cuando él va a firmar, decide arrestarlo y formularle cargos por unos delitos que supuestamente había cometido cuando fue arrestado en Puerto Rico. También lo acusaron de quemar unos documentos. Cuando él respondió al tiroteo del FBI en Puerto Rico, disparando también, supuestamente había salido un agente herido, que fue un ricochet porque no se sabe quien disparó la bala. Lo arrestan, pero el objetivo era sacarlo de circulación, obligarlo a que estuviese preso en lo que seguía el caso en Hartford. 

Lo traen a Puerto Rico. Se lo llevan a una base militar. A todo esto, toda la transportación de los Macheteros fue hecha a través de aviones militares del ejército de los Estados Unidos. Lo traen a una base militar, le amarran una cadena a un tobillo de tres metros de larga y amarran la cadena a un poste. Y lo exhiben por televisión como una forma de desacreditarlo, no desacreditarlo a él, sino humillar al pueblo de Puerto Rico. Lo exhiben por televisión a él arrastrando la cadena como si fuera un perro amarrado a un poste. 

La presión fue tanta que tuvieron que sacar a Ojeda Ríos de la base militar y trasladarlo a una celda en la corte federal de Puerto Rico. 

Empezó el juicio en 1998 y Filiberto decidió defenderse a sí mismo. Pidió ayuda a una serie de abogados para que lo asesoren y los abogados ninguno estaba de acuerdo con Filiberto porque la defensa que quería presentar era la autodefensa. Como el FBI ya había dicho que él había disparado, lo que estaba alegando era autodefensa. Los abogados decían: Pero como tú vas a presentar una defensa de autodefensa ante el FBI que es la autoridad. Pero él dijo, “Yo confío en el pueblo.” 

Su defensa fue muy contundente porque demostró el prejuicio que los agentes tenían hacia los hogares puertorriqueños. Porque cuando les dijo que este era un hogar puertorriqueño, uno dijo, “Esto es pura mierda.” 

En la exposición final le dijo al jurado que no me están juzgando a mí sino al pueblo de Puerto Rico, a la historia de Puerto Rico. Estas personas ya vieron como se manifiestan respeto a nuestros hogares, a la vida humana. Vieron que ese agente no lo tenía.

Otra cosa es que él caminaba por la playa por la noche. Nunca ellos fueron a arrestarlo mientras estaba comprando, en la calle, sino se presentaron en la casa para hacer el show y para matarlo como lo hicieron en Hormigueros 20 años después. Y si algo prueba el juicio de Filiberto cuando él alegó autodefensa, es que ya él estaba condenado por el FBI para ser asesinado. 

Filiberto se va al clandestinaje

Cuando gana el caso en el año 1989, el FBI le pide a la jueza Vargas de Cerezo que lo arreste porque él era un peligro de irse a la fuga. [Todavía tenía los cargos en Hartford.—Ed.] Ella dice que eso era ya persecución. A eso, frente a la corte hay una manifestación masiva en apoyo a Filiberto y en contra del FBI. Y la jueza, ante esa presión, les dice que ellos tienen suficiente gente para seguirlo y asegurar que él no se vaya. Y así no les queda otra alternativa que dejarlo con el grillete electrónico y permanecen al lado de él. 

Pero él se había divorciado y tenía una novia, la esposa actual, y pide permiso para pasar su luna de miel en un hotel de Puerto Rico. Utiliza ese momento para sacarse el grillete, engañar al FBI, porque ellos no se dan cuenta hasta horas después de que se había sacado el grillete. Cuando el FBI lo va a buscar en la mañana, ya él había desaparecido muchas horas antes. 

Entonces él se fue al clandestinaje. Todos los años mandó una grabación para el Grito de Lares, e hizo unas entrevistas con varios periodistas de radio y televisión. Y durante 15 años vivía en el clandestinaje. 

Pero una vez que se sacó el grillete y el tribunal supremo determinó que se podían utilizar las grabaciones a pesar de que habían sido adulteradas [anteriormente habían sido declaradas inadmisibles—Ed.], a él lo juzgan en ausencia y lo encuentran culpable de participar, de la planificación y conspiración en el robo de la Wells Fargo, y entonces lo condenan a 55 años de cárcel, en ausencia. 

Naturalmente, al ser condenado en ausencia y sabiendo que lo querían matar, se mantuvo en el clandestinaje. Pero se mantuvo en Puerto Rico, siguió organizando la gente y no se escondió como ellos creían, porque se sabe que él estuvo viviendo en el mismo sitio por seis o siete años. 

La lucha anti-colonial sigue

En este momento lo más importante es que el pueblo de Puerto Rico se da cuenta por primera vez que verdaderamente somos una colonia, que es lo que ha tratado el gobierno de los Estados Unidos, con la ayuda de los gobiernos coloniales, de ocultarle al pueblo. Le han hecho creer que este es un pueblo con libre determinación. Vemos como ellos entran, matan a la gente, persiguen a la gente, y el pueblo se ha dado cuenta de eso. 

Hay un descontento y hay que canalizarlo, pero todo depende hasta donde se pueda crear un movimiento de masa lo suficientemente grande porque si se crea un movimiento de masa anticolonialista, para la descolonización de Puerto Rico, y se hacen los mismos trabajos de desobediencia civil que se hicieron en Vieques, el gobierno de Estados Unidos no va a poder resistir dos o tres años en eso. 

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