Trabajadores de la industria automotriz enfrentan corporaciones

“Estamos cansados. Estamos cansados de tener un martillo sobre nuestra cabeza”, dijo Jim Hagopian, un empleado de la Corporación Delphi, el suministrador más grande de piezas de automóviles de EEUU. Hagopian, junto a muchos de los otros 25.000 empleados de Delphi representados por el Sindicato de Trabajadores de la Industria Automotriz (UAW por sus siglas en inglés) dicen que no están de acuerdo con la propuesta de recortes de salarios de la compañía. “Según un miembro de una union local del UAW, sus miembros ya no podrán comprar mas los automóviles que construyen”. (Detroit Free Press, 7 de oct., 2005)






Planta Delphi, Flint, Michigan

Photo: Jim West

Delphi era parte del gigante automotriz estadounidense General Motors hasta que fuera derivado en 1999. Delphi está presionando al sindicato para acordar un recorte del 63% de los salarios, la eliminación del incremento salarial basado en el aumento del costo de vida, la reducción de los días feriados y las vacaciones y grandes recortes en los planes de pensión. Los recortes a las pensiones incluyen la negativa de aceptar nuevos miembros después del 1 de enero del 2006. Si el sindicato acepta estas demandas, el sueldo promedio para los trabajadores se reducirá de $27 a $11 por hora. 

En respuesta a la negativa del UAW de aceptar el acuerdo propuesto, la Corporación Delphi el 8 de octubre, presentó una solicitud de bancarrota bajo el Capítulo 11. Si se aprueba la solicitud, el fideicomisario estadounidense—miembro del Departamento de Justicia—nombrará un comité con el fin de reestructurar la corporación Delphi en beneficio de los accionistas y en detrimento de los trabajadores. 

En una declaración el 8 de octubre, el presidente del UAW Ron Gettelfinger y el vicepresidente del UAW Richard Shoemaker respondieron, “Una vez más, vemos el repugnante espectáculo de las personas que desde arriba se protegen ellas mismas mientras que al mismo tiempo exigen un sacrificio extraordinario por parte de los trabajadores jornaleros, ingenieros, personal administrativo y de apoyo, gerentes de nivel medio y otros”.

Las declaraciones de los oficiales sindicales fueron respaldadas cuando Delphi decidió aumentar las indemnizaciones de los altos puestos ejecutivos por seis meses—justo 24 horas antes de solicitar la bancarrota. En este caso, si los gerentes son despedidos o si renuncian debido a la eliminación de sus trabajos, ellos serían elegibles a una compensación de 18 meses equivalente al mismo pago que estuvieron recibiendo durante el tiempo activo. Las negociaciones continúan. Delphi continúa presionando para obtener concesiones de parte del UAW. 

Los grandes accionistas y bancos están observando las negociaciones de Delphi muy de cerca. Ellos esperan que las concesiones tengan un efecto más allá de Delphi. Un analista del sector automotriz cree que cualquier aceptación de recortes de salarios o beneficios por el Sindicato de Trabajadores de la Industria Automotriz podría “afectar otros acuerdos de trabajadores automotores sindicalizados en el país”. (Crains Detroit Business, 10 de oct., 2005)

El UAW promete continuar luchando contra los recortes propuestos por Delphi. Los intereses en juego son muy altos. La solicitud de bancarrota está siendo usada como un arma contra el sindicato. Ella traerá al gobierno a esta lucha del lado del la compañía. La compañía está amenazando con el cierre de plantas y el despido de miles de trabajadores. 

Nuevas bases para la unidad






La huelga todavía puede ser una herramienta efectiva para pelear los ataques de los jefes.

Photo: Rebecca Cook

Para combatir el asalto contra los sindicatos, seis uniones que representan a los trabajadores de Delphi formaron la “Coalición Mobilizing@Delphi” el 3 de noviembre. El UAW, los Trabajadores Electricistas y los Trabajadores de la Comunicación, los Trabajadores de la Industria Siderúrgica, la Hermandad de Trabajadores Electricistas, la Asociación Internacional de Maquinistas y Trabajadores del Espacio Aéreo, y los Ingenieros Operativos—representando a más de 5 millones de trabajadores, incluyendo los 33.650 de Delphi—han acordado coordinar sus esfuerzos contra la campaña de recortes de Delphi.

Una declaración de la coalición del 7 de noviembre lee, “Estamos indignados por la intención de Delphi de usar el proceso de bancarrota para dictar una destrucción radical del estándar de vida de los trabajadores industriales estadounidenses, mientras que al mismo tiempo planea premiar algunos 500 ‘emplados claves’ con arriba del 10 por ciento de las acciones de la compañía y bonos por el total de $87.9 millones de dólares una vez que Delphi emerja de la bancarrota”.

Esta nueva coalición ofrece esperanza a los miles de trabajadores empleados por Delphi. La solidaridad de los sindicatos combinada con su programa de lucha y un amplio llamado a los trabajadores de todo el país puede convertir la lucha en Delphi en una batalla de clase más grande con mayores implicaciones para los trabajadores estadounidenses. Sin embargo, la coalición Mobilizing@Delphi está enviando mensajes mezclados. 

Por un lado, algunos de los que estuvieron presentes en la reunión de formación de esta coalición, levantaron la posibilidad de huelga para luchar contra los cortes propuestos. Una huelga en Delphi se sentiría en todo el país. Se sentiría inmediatamente en GM, el cliente principal de Delphi, y podría potencialmente paralizar al gigante de la industria automotriz.

Por otro lado, la declaración anunciando la Coalición Mobilizing@Delphi muestra el tipo de llamado a ambos clases que ha debilitado al movimiento laboral por décadas. Por ejemplo, la declaración nota que “muchos otros tienen intereses en esta lucha.” Y por supuesto, muchos trabajadores estarían de acuerdo con esa declaración. 

¿Acaso están los líderes sindicales hablando de los millones de trabajadores de todo el país, en uniones o fuera de ellas, que podrían movilizarse contra el saqueo de las corporaciones? No.

“Los empleados asalariados de Delphi también serán pronto el blanco de la estrategia [CEO Steve Miller’s]. … Accionistas de Delphi se quedarán con pedazos de papeles sin ningún valor. Y el plan de Delphi de cerrar numerosas plantas y centros de tecnología en los Estados Unidos tendrá un efecto multiplicador, lastimando a los pequeños negocios y a gobiernos del estado y municipales”.

Estos reclamos a diferentes sectores de políticos y de negocios sólo podrían contrariar los preparativos necesarios para una lucha militante y decisiva. Estos son los sectores que siempre tratarán de amortiguar la lucha y debilitar la militancia de los trabajadores. 

Grandes intereses en juego en la lucha en Delphi

En la década pasada, las huelgas se han reducido a un nivel histórico. Los dueños han tomado ventaja de esta pasividad para reducir los sueldos y los beneficios en cada sector. El aumento de la globalización ha fortalecido la habilidad de la clase gobernante de resistir las dificultades y la pérdida de ganancias debido a las huelgas. 

La respuesta de los trabajadores a los ataques de la clase dominante debe corresponder a su poder creciente y capacidad de resistir los métodos tradicionales de lucha. Sin abandonar la huelga como arma, los trabajadores militantes están enfrentando una necesidad creciente de encontrar otras estrategias que puedan ampliar la solidaridad de clase. Los intereses en juego en la batalla contra Delphi son grandes. Una victoria para los trabajadores de Delphi le daría confianza y fuerza al movimiento laboral en su esfuerzo por contrarrestar la ofensiva anti-sindical de las décadas pasadas.

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