El desvanecimiento de las pensiones

Más de 34 millones de personas—el 12 por ciento de la población—tienen 65 años o más en los Estados Unidos. Por muchas décadas era normal pensionarse a los 65 años. La mayoría de estas personas se encuentran actualmente recibiendo pensión del Seguro Social y otros beneficios. A esta edad se le conoce popularmente como “los años dorados.”


Pero la tendencia de los recortes a los beneficios para las personas pensionadas de hoy en día y de las que piensan jubilarse en el futuro está empañando esa imagen. Con cada año que pasa, menos trabajadores pueden relajarse y gozar de los frutos de toda una vida de trabajo.


En su lugar,  un incremento en el número de personas de edad avanzada se ha visto forzado a trabajar hasta mucho más después de sus 60 años. De acuerdo al Departamento de Estadísticas Laborales, hubo más de un 10 por ciento de incremento de jubilados que se re-integraron a la fuerza laboral entre 1994 y 2005.¿Por que no se puede jubilar la gente?  Y una vez en retiro ¿Por qué los trabajadores jubilados se ven forzados a buscar empleos?


Carlos Marx señaló en su obra clásica “El Capital,” que “la acumulación de riqueza en un polo, es por consiguiente, a la misma vez, la acumulación de miseria en el polo opuesto.” En otras palabras, los ricos se hacen más ricos y los pobres se hacen más pobres.


La ambición a obtener siempre un máximo de ganancias es lo que determina todas las políticas sociales y económicas en Estados Unidos.


Desde la primera parte de los años 70, la calidad y la seguridad de los empleos para los trabajadores estadounidenses ha disminuido. La desregulación de las industrias, la ola de privatizaciones en los empleos del sector público, los recortes al presupuesto social, las leyes laborales reaccionarias y los tratados de libre-comercio han tenido como resultado un estable deterioro en la calidad de vida de los trabajadores. Una de las principales causas de este deterioro ha sido el debilitamiento de los sindicatos ante la ofensiva anti-obrera de los dueños de las corporaciones. Sin embargo, esto puede ser revertido.


El hecho de que el movimiento laboral ha sido forzado a la ofensiva sin ninguna estrategia efectiva de lucha ha tenido un impacto dentro de todos los trabajadores, inclusive con los que no están sindicalizados. Los patrones se han envalentonado y están atacando salvajemente los beneficios más elementales, y esto ha tenido como resultado que los obreros tengan que trabajar más horas por menos pago.


Uno de los resultados ha sido la severa reducción o la eliminación del dinero utilizado para los programas de pensiones privadas de los trabajadores.


 ¿Qué es una pensión?


Las pensiones son las porciones que los empleadores descuentan de los salarios de los trabajadores mientras estos trabajan para una determinada fábrica, taller u oficina—también se conocen como planes de beneficios definidos de jubilación. El dinero para financiar las pensiones sale de los cheques de los empleados—es un porcentaje de los salarios de los trabajadores. La compañía entonces invierte el dinero en la bolsa de valores o en otros proyectos mientras el empleado siga trabajando para la empresa.


Una vez jubilados, los trabajadores reciben como pago una porción de estos salarios mensualmente hasta el día en que fallecen. Las pensiones suministran los tan necesitados ingresos económicos de los trabajadores pensionados.


Para una generación que surgió de la explosión de bebes en el período posterior a la Segunda Guerra Mundial o por lo menos para aquellos que han tenido un empleo estable en grandes corporaciones, las pensiones y el Seguro Social era lo que pensaban utilizar para vivir una vez alcanzada la edad de retiro de 65 años. Estos beneficios eran garantizados de la edad de 65 años hasta la muerte. Este era el caso para muchos  trabajadores industriales y oficinistas, sin importar el estado financiero de la compañía.


El beneficio de la pensión, como muchos otros, fue ganado por las luchas obreras de los años 30 y 40. Durante ese período, los trabajadores también ganaron el derecho a organizar sindicatos. Estos derechos eran parte del contrato social que los trabajadores le impusieron a los patrones por medio del creciente movimiento laboral estadounidense.


Las corporaciones en ese entonces tenían miedo de atacar frontalmente al movimiento laboral por medio de destruir las pensiones u otros beneficios.


La pequeña “red de seguridad”, brindada por las pensiones, ayudó a asegurar la vida de los pensionados y sus familias. Pero, últimadamente, los capitalistas siempre han querido tomar de regreso lo que fueron forzados a dar. Después de todo,  pagarles a los trabajadores cuando se jubilan no produce ganancias.


Los patrones lanzaron un asalto completo contra las pensiones a comienzos de 1980 durante el primer período de la administración Reagan. Este ataque resultó en la eliminación de pensiones como beneficios típicos, excepto en los empleos donde los sindicatos habían ganado y mantenido pensiones garantizadas.


En 1983,  el 83 por ciento de los trabajadores que planeaban retirarse tenían pensiones. Para el 2004, solamente el 37 por ciento contaba con ese beneficio.


Y aunque los trabajadores tengan pensiones, los capitalistas siempre encuentran la manera para deshacerse de ellas. Las grandes corporaciones, particularmente en la industria de las aerolíneas, el acero y otras industrias, han acabado completamente con sus planes de pensiones. La tendencia de desviar el dinero de los fondos de las pensiones para financiar los extravagantes salarios de los ejecutivos y otros gastos, y luego declararse en bancarrota, se ha convertido en la práctica común para las grandes compañías.


La Corporación de Garantía del Beneficio de Pensión (PBGC), establecida hace tres décadas como una fuente de reserva para los fondos de las pensiones que se declararan en bancarrota, en la actualidad debe más que los activos que posee. La PBGC reportó un déficit de $18,1 billones en 2006.


Apostando a vivir


Ahora que la mayoría de trabajadores no tiene pensiones para apoyarse, muchos de ellos dependen del Seguro Social y de otras confabulaciones privadas para poder tener ingresos una vez retirados.


Hay planes 401k—llamados, planes de contribución definida. Las contribuciones de los empleados para el plan 401k son deducidas automáticamente de los salarios cada vez que se les paga. El dinero es invertido por el empleado en una variedad de fondos. Algunos patrones “igualan” las contribuciones del empleado con la que ellos hacen, pero la mayoría de patrones no practica esa política.


Con un plan 401k los empleados nunca tienen la certeza de cuanto será su cantidad de ingreso, y eso si acaso. Los empleadores no garantizan nada y a menudo ponen las contribuciones de los empleados en acciones que pueden convertirse en basura. Esto fue lo que sucedió con Enron. Los patrones dejaron a miles de trabajadores sin beneficios de pensión de ningún tipo.


Otros trabajadores han tenido que depender en los planes de opción-acción que están sujetos a la manipulación de las compañías de inversión financiera. 


Estos planes obligan a que los trabajadores arriesguen perder todos sus fondos de pensiones. Sus vidas son puestas a la merced de las “fuerzas del mercado” capitalista y  de los patrones corruptos. Estos planes son muy lucrativos para los dueños capitalistas, que no quieren molestarse pagándoles a los jubilados hasta que se mueran.


Las corporaciones también generan más ganancias de otras formas. Están cambiando el costo del cuidado médico y lo están acumulando en la espalda de la clase trabajadora ya sea recortando o completamente eliminado el seguro médico de los obreros jubilados.


Con una economía que tuvo la capacidad de producir mercancías y servicios estimados en un valor de $13.3 trillones en el 2006, no hay razón por que los trabajadores jubilados tengan que ser forzados a hacer decisiones tan terribles. El problema inmediato es que el movimiento laboral en Estados Unidos está en la defensiva y el poder potencial de los trabajadores estadounidenses está siendo mermado por un liderato sindical que ha sido entrenado en la política de colaboración de clase en vez de organizar un movimiento para tomar la ofensiva a nivel nacional.


Sin un programa de lucha de clase, la norma del capitalismo—maximizar la ganancias de las corporaciones—expone a los trabajadores a que hagan más y más concesiones a la patronal.


El problema a largo plazo es el mismo capitalismo.


Reorganizando la sociedad


Si los cientos de billones en ganancias producidos cada año por las corporaciones de Fortune 500 fueran utilizados para satisfacer las necesidades colectivas de la clase trabajadora, la jubilación sería completamente diferente.


Los ancianos, que han trabajado toda su vida y producido para la sociedad, no serían olvidados por una sociedad inhumana y el trato negligente de los jubilados no existiría.


Estas no son ideas abstractas.


Cuba socialista en la actualidad provee vivienda, pensiones y cuidado médico a cada uno de de sus jubilados en todo el país. Esta es una nación pobre que fue devastada por el colonialismo y el subdesarrollo y que hoy en día está siendo bloqueada por los Estados Unidos. Hace solo unos años, mientras las corporaciones  estadounidenses eliminaban las pensiones, el gobierno cubano elevó las pensiones de todos los trabajadores jubilados.


En Cuba, como en Estados Unidos la clase trabajadora produce toda la riqueza. La diferencia es que la economía cubana está organizada para asegurar el bienestar de toda el pueblo.


El asalto contra los trabajadores estadounidenses por parte de la clase capitalista es algo muy real. Algunos de los más afectados en el presente y el futuro serán los jubilados, quienes enfrentarán más pobreza, cuidado médico inaccesible, edad de retiro más avanzada y jornadas de trabajo muchísimo más largas.


Se necesitará de una lucha por parte de trabajadores de todas las edades para revertir la pauperización de los trabajadores jubilados. Esa lucha beneficiaría a todos.


La clase trabajadora tiene el poder no sólo de recobrar las pensiones garantizadas y reducir los costos del cuidado médico, sino también para eliminar a la clase capitalista, la cual es la causa de toda la pobreza y la explotación.


Los trabajadores en Cuba y muchos otros países ya lo han logrado; los trabajadores en Estados Unidos también lo pueden lograr.

Related Articles

Back to top button