Junta Laboral debilita derecho de sindicalizarse

Con otro golpe a los derechos de los trabajadores, la Junta Nacional de Relaciones Laborales (NLRB) ha dictaminado que una petición para descalificar a cualquier sindicato puede ser presentada dentro de 45 días después de que este haya ganado el derecho a representar el lugar de trabajo por el proceso de sindicalización conocido en inglés como “card-check”. Si la petición anti-sindical fuera firmado con un mínimo de 30 por ciento de los trabajadores, la NLRB considerará esto como una razón valida para impedir la legitimidad del sindicato y las negociaciones de contrato.


El proceso de “card check” es el reconocimiento del sindicato por la companía sin elección, mediante la firma de tarjetas por la mayoría de los trabajadores en el taller, indicando su deseo para un sindicato.


La decisión de la Junta es un severo retroceso de la antigua política de la NLRB, que desde 1966 garantiza la protección al “reconocimiento sindical” un recurso legal utilizado para evitar que un sindicato rival o una petición para descalificar al sindicato impidiera las negociaciones por un período de un año después de que el sindicato haya obtenido reconocimiento voluntario de la compañía por medio del proceso de “card-check”, y así evitando una elección,  también conocido como la “firma de la mayoría”.


El reconocimiento del proceso de “card-check” significa que una compañía se compromete a reconocer y negociar con el sindicato como el representante de los trabajadores y de esa manera, se elimina el proceso de una elección después de que 50 por ciento de los trabajadores más uno firmen las tarjetas indicando que desean unirse al sindicato.


Ya que las corporaciones usualmente luchan con todo lo que tienen para evitar la sindicalización de sus empresas, la campaña sindical entonces es conducida por la NLRB a través de una elección secreta. Una empresa que este sujeta a una campaña sindical inevitablemente desatará una intensa guerra para intimidar, hostigar, despedir y prevenir completamente que el sindicato ingrese en la empresa.


De acuerdo a los investigadores Chiraq Mehta y Nik Theodore en “Debilitando el Derecho a Organizar: Comportamiento de la Patronal Durante la Campaña Sindical”, 51 por ciento de las corporaciones obligan ilegalmente a los trabajadores a oponerse al sindicato a través de la intimidación o el soborno, y 91 por ciento de los trabajadores durante una campaña sindical son obligados a asistir a una reunión anti-sindical íntima con la gerencia.


A menudo toma muchos meses a partir de cuando los trabajadores en su mayoría firmaran las papeletas demandando el reconocimiento del sindicato hasta que la elección se lleve a cabo. Mientras tanto, la gerencia lanza un feroz ataque en contra del sindicato y de los trabajadores que lo apoyan.


Es fácil ver porqué el sindicato y los trabajadores que quieren organizarse prefieren evitar el largo proceso de una elección sindical.


Pero en raras ocasiones una compañía accede a negociar un contrato sin exigir una elección y acepta el proceso de “card-check”. Esto puede ocurrir cuando la empresa en una industria estratégica y altamente sindicalizada se da cuenta que enfrenta una batalla perdida si se opone al sindicato.


En este último ataque contra los sindicatos, el 29 de septiembre, la NLRB—una junta federal de cinco personas con tres miembros derechistas que están sirviendo este periódo—decidió que una minoría de 30 por ciento de trabajadores anti-sindicales pueden detener las negociaciones posteriormente a que los trabajadores hayan ganado el reconocimiento del sindicato por el “card-check”, si los obreros anti-sindicales presentan una petición dentro de 45 días en los cuales la empresa ha reconocido al sindicato.


La decisión fue basada en el reconocimiento del sindicato con “card check” que obtuvo el Sindicato de Trabajadores del Auto (UAW) en dos compañías de repuestos, Dana Corp y Metaldyne Corp. Las negociaciones se llevaban a cabo cuando una minoría de trabajadores anti-sindicales firmó una petición. Aunque la junta regional de la NLRB le otorgó legitimidad al sindicato, esta fue apelada ante la NLRB en Washington. El presidente de la junta, el rabioso anti-sindicalista, Robert Battista, dirigió la decisión en mayoría.


Los miembros de la NLRB en la oposición, Wilma Liebman y Dennis Walsh, dijeron que la decisión significa un “cambio estratégico en las leyes laborales” que “corta el reconocimiento voluntario a los pies”. Otros sindicatos importantes y organizaciones pro-trabajadores también denunciaron la decisión de la NLRB.


Este veredicto es la continuación de una serie de decisiones por parte de la Junta que está convirtiendo a la sindicalización en algo casi imposible. Esto a pesar de la realidad que muestran las últimas encuestas las cuales la mayoría de trabajadores desearían tener representación sindical. 


En septiembre de 2006, la NLRB automáticamente descalificó hasta ocho millones de trabajadores con tareas de instrucción del derecho de unirse a los sindicatos—incluyendo a empleados con posiciones importantes y enfermeras registradas—clasificándolos como supervisores. Bajo el Acta Nacional de Relaciones Laborales (NLRA), los supervisores no tienen derecho a representación sindical.


La Junta también revocó una elección sindical muy clave en el periódico Chinese Daily News en Los Angeles en el 2005 cuando declaró anulada la elección sindical del Sindicato de Trabajadores de la Comunicaciones de América (CWA) solamente porque un supervisor mostró su apoyo por los sindicatos a los trabajadores.


Los trabajadores y sus sindicatos están bajo constante ataque  por parte de un concertado esfuerzo de las grandes corporaciones y el gobierno estadounidense. Se necesitará de una determinada, organizada lucha del movimiento laboral organizado, en conjunto con los obreros no sindicalizados, con documentos e indocumentados, para hacer retroceder esta ofensiva.

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