¿Cuál candidato presidencial apoya el cuidado de salud universal?

De acuerdo a una encuesta reciente de Los Angeles Times/Bloomberg, el 11 por ciento de los adultos en los EEUU considera el cuidado de salud como el tema más importante para las elecciones de noviembre. Solamente le pasó el tema de la economía con casi 56 por ciento, y la guerra en Irak con 34 por ciento.

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Hay muy buen motivo por la atención al tema de la salud. El sistema de salud existente excluye una de cada siete personas—47 millones en total—en el país más rico del mundo. Trabajadores indocumentados ni siquiera tienen acceso al Medicaid porque no tienen documentos. De acuerdo a un estudio del Commonwealth Fund que salió este 8 de enero, el sistema de salud de los EEUU es el peor de los 19 países industrializados.

Aquellos que tienen seguro de salud no tienen suficiente cobertura y tienen que pagar altos precios de seguro. El documental del 2007 “Sicko” de Michael Moore recalcó el problema con historiales personales muy impresionantes de personas con seguro de salud a quienes se les negó ayuda médica en el momento cuando lo necesitaban más.

La mayoría de los trabajadores hoy están en la situación de que si tienen una enfermedad severa es posible que pierdan su trabajo. Este noviembre, los votantes van a ir a las urnas esperando que los candidatos presidenciales les ayudarán con todas sus necesidades especialmente su necesidad de salud de buena calidad.

Al visitar las páginas de Internet de los candidatos presidenciales y al escucharlos en entrevistas, cualquiera puede pensar que cualquiera de ellos nos va a traer cobertura de salud universal.

Pero, en realidad, los planes de salud de estos candidatos resultan ser menos de lo que dicen.

Los candidatos capitalistas se quedan cortos

John McCain ha exaltado el mensaje de “responsabilidad personal” de mantener el mejor cuidado de salud. Por “responsabilidad personal”, McCain se refiere a dejar a los trabajadores a que se defiendan solos en contra de las compañías de seguros de salud predatorias.

McCain también defiende la idea de proteger el cuidado de salud “de la mejor calidad” y dice que los Demócratas quieren movernos más cerca de “un sistema de salud nacionalizado”. En realidad, él quiere que la salud “de la mejor calidad” sea accesible solamente para aquellos que pueden pagar por ella: los ricos. McCain, desde la derecha, también perpetúa la imagen que los planes de Clinton y Obama son casi planes de cobertura universal.

Su caracterización falsa demoniza la idea de la nacionalización de la salud privada, insinuando que un sistema controlado por el gobierno significa menos calidad. Este tipo de propaganda capitalista nos recue-rda de los ataques a la cobertura universal por parte del anterior presidente Ronald Reagan quien lo llamó “un paso corto al socialismo”.

En realidad, la nacionalización en una base capitalista estaría algo lejos del socialismo—no sería suficiente, pero sería aun un paso adelante del sistema de salud desastroso existente en los Estados Unidos hoy.

El plan de McCain depende del “mercado libre” y la competencia entre compañías de seguros. Su plan lauda esta competencia y dice que esta es la manera de tener “opciones” y de controlar el costo.

Él promueve denegar el tratamiento de impuestos favorable para los seguros basados en los empleos y en vez darles créditos de impuestos de $2.500 a individuos y $5.000 a familias. Sin embargo, muchos individuos pagan $5.090 y muchas familias pagan $9.200. Bajo el plan de McCain estos trabajadores podrían perder sus beneficios bajo el seguro en sus trabajos y tampoco podrían pagar por el seguro ellos mismos.

McCain no da ninguna propuesta concreta de cómo proveer cobertura para los 47 millones de personas sin seguro en los Estados Unidos.

Los planes de los candidatos Demócratas no son mejores. Ellos toman ventaja del odio que los Republicanos tienen a las necesidades de los trabajadores, haciéndose aparecer como amigos del pueblo, pero sus propuestas dentro del marco privado no nos traen más cerca del sistema de salud nacional. Sus propuestas mantienen a los capitalistas ricos, y a las personas sin seguro en la misma condición.

La historia del candidato Demócrata Barack Obama revela una posición anti trabajador en varios temas incluyendo el tema de la salud. Obama se opone a las reformas propuestas en H.R. 676, un plan de salud que reduciría los costos administrativos que hoy en día son una tercera parte de los costos totales.

Los $300 billones de dólares que se ahorraría, podrían servir para dar cobertura a los que no estén asegurados y para extender la cobertura para aquellos que estén inadecuadamente asegurados.

Obama cree que el camino hacia la cobertura universal es la accesibilidad. En otras palabras, su plan depende en que las grandes compañías de seguro capitalistas cubran a los trabajadores estadounidenses. De acuerdo a Jonathan Gruber, economista del cuidado de la salud del M.I.T., el plan de Obama, posiblemente podría dar cobertura a 23 millones de quienes actualmente están sin seguro. Él propone pasar un mandato que requiera cobertura para todos los niños, pero no para los adultos.

El plan de Obama incrementaría los pagos porque muchas personas no adquirirían un plan de seguro médico hasta que se enfermen.

Pero nada de esto garantiza cobertura a los enfermos. En realidad las compañías de seguro hacen lo siguiente: tienen altos costos, aseguran inadecuadamente a las personas, y rechazan los derechos en sus coberturas individuales y familiares. Aunque se pueda tener seguro médico en este país, tal vez, este no cubra algunos o ningún gasto médico. Esto depende de la discreción de las compañías de seguro.

El plan de Hillary Clinton en esencia es similar al de Obama. Este pondrá el peso sobre los hombros de los individuos y no en las compañías de seguro capitalistas o el gobierno. Su plan exigiría que todos los individuos—niños y adultos—tengan cobertura. Un consejero de Clinton comparó esto con las leyes de la mayoría de estados que exigen que todos los dueños de carros compren seguro. (CNN, 18 de septiembre de 2007) Sin embargo, tener que pagar por seguro de automóvil no asegura a los que lo pueden pagar, sino que penaliza a los no disponen de los medios para pagar si es que los agarran sin seguro.

Clinton dependería de la voluntad de las compañías de seguro de cobrar a los clientes precios “accesibles”—qué es lo que eso quiere decir, es un misterio. El gobierno considera que una familia de cuatro personas que vive del misero sueldo de $21.200 dólares al año está sobre el nivel de pobreza. Uno tan solo puede imaginar que la definición de Washington de “accesibilidad” está tan fuera de la realidad de la clase trabajadora, como su incomprensible definición de pobreza.

Clinton no está proponiendo que el gobierno pague ningún plan de seguro para nadie. Tampoco desea, de ninguna manera, alcanzar la cobertura de salud universal. El requisito de seguro obligatorio, es como mínimo, un regalo para las compañías de seguro médico capitalistas que podrán estafar a millones de personas que harán cualquier cosa por pagar por sus planes de cobertura.

Las reformas para la salud de Clinton mantendrán a las compañías de seguro privadas como el pilar central del sistema de cuidados de la salud de los Estados Unidos. Solamente, si se eliminarían a las compañías de seguro privadas del sistema de salud, sería posible la cobertura universal.

Necesitamos el socialismo

¡Basta ya! Ninguno de los candidatos de la clase capitalista está velando por los intereses de los trabajadores estadounidenses. Su objetivo es alcanzar apoyo popular a reformas insustanciales por medio de retórica vacía.

El cuidado médico universal y gratuito debería ser un derecho del pueblo trabajador. Los explotadores privados de los seguros médicos deberían ser desmantelados y las corporaciones farmacéuticas expropiadas. La candidata presidencial Gloria La Riva y el candidato vicepresidencial Eugene Puryear del Partido Socialismo y Liberación, creen que la calidad de la salud debe ser gratuita y estar a disposición de todas las personas.

De los 25 países más industrializados del mundo, solamente los Estados Unidos no tiene servicio universal de salud. El servicio universal de la salud fue adquirido en las otras naciones industrializadas sólo por medio de la lucha. Después de la Segunda Guerra Mundial, en Europa se dio un levantamiento masivo de los trabajadores liderados por los comunistas demandando mejores condiciones de vida y de trabajo. Para defender sus propios intereses de clase los capitalistas europeos hicieron concesiones como servicios de salud universal, con el propósito de detener las revoluciones.

Los servicios de salud universal, a pesar de ser superiores a los que tenemos en la actualidad en los Estados Unidos, no son verdaderamente igualitarios bajo el capitalismo. Siempre existe el peligro de ser revertidos, porque existe aun la motivación de la ganancia y el sistema siempre requiere la explotación y desigualdad.

Los servicios de salud universal, equitativo y gratuito son un derecho en el socialismo, así como lo son todas las necesidades básicas del pueblo. Hasta en los días más difíciles de la Segunda Guerra Mundial, la Unión Soviética mantuvo servicio universal de salud para todos sus ciudadanos, entre muchos otros programas y beneficios. Cuba socialista mantiene un servicio de salud universal y gratuita de alta calidad, a pesar de las décadas de bloqueo impuesto por Estados Unidos que impide que los materiales médicos, las medicinas, y la investigación lleguen a la isla.

La campaña de La Riva y Puryear cree que el servicio de salud universal no se ganará por medio de elecciones sino por medio de la lucha. La campaña de La Riva y Puryear exige servicios de salud universal y gratuito ya. Continuará luchando para un sistema donde las necesidades del pueblo estén por encima de la ganancia.

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