Campaña presidencial del PSL ayuda en las áreas inundadas de Iowa


Las inundaciones con niveles sin precedentes ha dejado desvastada a cientos de miles de personas en Iowa, Illinois y Missouri y la destrucción no termina todavía. Mientras George W. Bush estaba viajando en Paris y Londres la gente ha sido dejada a sus propios medios, sus casas destruidas. Muchos perdieron sus trabajos, y el 17 por ciento de las tierras están arruinadas.


La candidata presidencial del Partido por el Socialismo y la Liberación, Gloria La Riva, John Beacham, candidato para la Asamblea del Estado en Illinois; y Stefanie Fisher organizadora por el PSL en Chicago, visitaron las desvastadas áreas inundadas en Iowa y ayudaron en el esfuerzo de emergencia llenando bolsas de arena, tratando de impedir que las crecientes aguas del Río Mississippi invadan más pueblos y para expresar solidaridad a las comunidades afectadas.


La delegación captó la realidad y las causas en el lugar de los hechos e hizo reportes a través de nuestra página web, PSLweb.org y en el periódico del partido, Liberation, mostrando solidaridad con la gente afectada sufriendo a causa de las inundaciones y empezando una campaña política que demanda acción verdadera del gobierno.






Campaña presidencial del PSL ayuda en las áreas inundadas de Iowa


Por Gloria La Riva, John Beacham y Stefanie Fisher








Gloria La Riva with Stefanie Fisher


Belongings in Iowa


En nuestra jornada nos juntamos con residentes de Iowa en Cedar Rapids, Des Moines, Waterloo, Cedar Falls y Burlington. Por la conversación sostenida con los sobrevivientes de las inundaciones deducimos claramente de que el gobierno federal no les está proporcionando la asistencia necesitada. En su lugar está dejando a la gente a ayudarse con sus propios esfuerzos, muy parecido a lo que sucedió en New Orleáns y la costa del Golfo de México después del desastre de Katrina.


En Cedar Rapids, más de 1.300 cuadras fueron barridas por el Río Cedar cuando sus niveles sobrepasaron su record. Allí el agua subió a los 31 pies, 19 pies sobre el nivel anterior de inundaciones. Visitamos una área caracterizada como el “nivel de quinientos años”, donde el gobierno calculaba que inundaciones no llegarían a esa área al menos que sea cada quinientos años. Sin embargo allí vimos decenas de calles con casas completamente consumidas por el agua. Al bajar el agua los residentes apilaban en las calles sus propiedades arruinadas. Todo lo que el agua tocó es irreparable.


David Lester, mecánico de carros, estaba con varios amigos en su trabajo, H&H Auto, donde ellos terminaban de desocupar lo de adentro del taller. Lester, visiblemente indignado, dijo: “Yo llamé a FEMA, no somos elegibles para recibir ayuda porque el taller es un negocio y no una residencia. Pero mi patrón que tiene 80 años de edad vive aquí en el taller. Esta es su casa. Nos dijeron que podíamos aplicar para un préstamo de pequeños negocios, pero cómo un préstamo nos va a ayudar?”


Lester y sus amigos trabajaron todo el día sacando los motores arruinados, las herramientas del taller y otras cosas. “Todo lo que sé, es que la gente se ayuda uno con otro. Eso es todo lo que tenemos”.


En Cedar Rapids, una pareja ya de edad aun no comprendían lo sucedido, con su casa todavía bajo el agua. La mujer nos dijo: “FEMA nos dijo que posiblemente éramos elegible para la máxima cantidad de $28.500. Eso cubriría solamente una pequeña parte de lo perdido. Nos dijeron que algunas cosas eran por lujo, como mi cochera. Yo trabajé 50 años, una cochera y mi casa no son un lujo”.


Cuando nos dirigíamos al borde de Missouri, el Río Mississippi estaba rebasando mientras el agua se acumulaba hacia el sureste. En Nelson’s Quarry, cerca de Mediapolis, cientos de voluntarios llenaban bolsas de arena. Nos unimos a ellos por algunas horas apaleando arena, llenando bolsas y amarrando las bolsas para alinearlas a las orillas del río.


Le hablamos a mucha gente sobre la campaña del PSL, demandando inmediata ayuda federal a todos aquellos afectados por las inundaciones y las consecuencias futuras. Unánimemente respondieron en forma positiva.


La gente le dio la bienvenida a nuestro apoyo y solidaridad. A pesar de la terrible destrucción por todos lados y el extremo cansancio de mucha gente, sus espíritus estaban llenos de corage, galantes. Como una mujer nos dijo: “Lo siento por otros que están en peores condiciones.”

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