Isaías Alvarado
2009-02-08
Mientras en el sur de la ciudad un grupo de contrincantes poco conocidos y financieramente desarmados para hacerle mella en su contienda debatían sobre los temas que afectan a Los Ángeles, Antonio Villaraigosa lanzaba ayer oficialmente su campaña de reelección por la alcaldía con un discurso en su oficina de Boyle Heights.
El alcalde enfatizó su solgan de “Reuniendo a la gente, logrando cosas” e hizo una lista de sus logros.
Villaraigosa enfrentará en la elección del próximo 3 de marzo a nueve contendientes, entre ellos Carlos Álvarez, uno de los candidatos, de origen salvadoreño y apenas 22 años.
“Quiero que la gente vote por mí”, señala sin titubear Álvarez, luego suelta una lista de actividades donde, dice, ha participado como organizador: en contra de la Proposición 8 (que eliminó el derecho de las parejas homosexuales para contraer nupcias), por la guerra en Irak, en marchas pro inmigrantes…
Y promete que, de favorecerle el voto, encabezará un movimiento para legalizar a quienes no tienen papeles y convertir a Los Ángeles en una ciudad santuario.
El problema para su campaña política es que si desea alcanzar a su contrincante más fuerte, el alcalde Villaraigosa, le faltan $2.7 millones hasta el 31 de diciembre pasado.
Álvarez, un asistente legal recién graduado del Colegio Comunitario de Los Ángeles, reportó al Comité de Ética un ingresos de $0.00 .
¿Qué posibilidades tiene Álvarez de alcanzar uno de los cargos más importantes del país? Según este barómetro, pocas.
Lo cierto es que ninguno de los nombres que aparecen junto al edil tienen posibilidades reales de quitarle el puesto. Ni por los fondos de campaña ni por la popularidad ni por el respaldo político.
El abogado Walter More, el contendiente más cercano al alcalde, no alcanza siquiera el 10% de los fondos del alcalde.
Por eso es que todos han reprochado las fuertes contribuciones que ha recibido Villaraigosa de corporaciones y otros estados del país.
“Yo solo he recibido $3 y$5 de personas de fuera del estado”, manifestó el pastor Craig X Rubin, quien comparó esta elección con el episodio bíblico donde lucha David contra Goliat.
“Ésta no es una elección equitativa”, declaró por su parte Steven Torres, otro aspirante al gobierno angelino. “Dar obscenas cantidades de dinero a los políticos sólo puede conducir a la corrupción y no la democracia”, apuntó.
Quizás, entre los contendientes a la alcaldía, el más peculiar sea David Saltsburg, apodado “Zuma Doog”. Vistiendo gorro negro y lentes de sol, siempre participa en las sesiones del Concejo y, aprovechando la difusión televisiva, habla de sus propuesta de trabajo. A veces lo hace rapeando.
En algunas ocasiones asiste el actor Phil Jennerjahn, quien afirma que se registró como candidato para evitar que Villaraigosa apoye tanto a los indocumentados.
“Él, encabeza las marchas pro inmigrantes”, reclamó en el Cabildo recientemente.
El resto de los candidatos tampoco brilla: Gordon Turner, abogado de la Procuraduría municipal; Jame Harris, de la Unión de Empacadores de Carne; David Hernández, un activista; y Bruce Darian, constructor.
Villaraigosa se ha negado a participar en debates políticos y rechazó asistir ayer al organizado por Mesa Redonda de Políticas Urbanas de Los Ángeles.
Villaraigosa develó dos comerciales de televisión en su sitio en la internet el viernes pasado, con el slogan “Reuniendo a la gente, logrando cosas”.
Un anuncio muestra al padre de un estudiante que asiste a una de las escuelas bajo el control de la Sociedad para Escuelas de Los Angeles, respaldada por el alcalde, mientras que el otro se enfoca en la reducción del crimen en la ciudad y el aumento del número de agentes en el Departamento de Policía desde que Villaraigosa se convirtió en alcalde en 2005.
Sus oponentes sostienen, que lo que ha hecho Villaraigosa es poco o nada, y que lo único que lo respalda es el dinero que ha logrado reunir.
“Él tiene miedo a debatir conmigo porque sabe que si lo hace ganaré un gran margen de ventaja” en las preferencias electorales, mencionó Moore a La Opinión.
Álvarez, por su parte, dice que “a Villaraigosa lo ven como un santo, casi como [al presidente Barack] Obama, por ser el primer latino en ser alcalde aquí, pero la verdad es que ha hecho muy poco y hasta en contra de la comunidad trabajadora de Los Ángeles”.
Quien representaba un contendiente de peso para el alcalde era el millonario Rick Caruso, pero decidió no incluirse en la lista.
