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Cuentos de las páginas de COINTELPRO

“A menudo perdemos de vista quiénes son nuestros verdaderos enemigos y damos rienda suelta a nuestras respuestas emocionales”.1

         – Safiya Bukhari

“¡Difundir, para educar, para liberar!” Esta fue la entonación constante de Sam Napier, gerente de circulación del periódico Las Panteras Negras. Como señaló un líder de las Panteras Negras (BPP, por su sigla en inglés), Sam era “la razón principal” por la que, poco después de comenzar, el periódico tenía “una distribución de más de 200,000 copias por semana”.2 Napier era un miembro querido del partido, por lo que a muchos les tomó por sorpresa cuando su cuerpo fue encontrado en marzo de 1971, atado a una silla, con heridas de bala y signos de tortura. Después de que se fueron, quizás mientras él aún estaba vivo, sus asesinos prendieron el edificio en fuego. 

Sam Napier fue una de las víctimas de un esfuerzo concentrado para destruir a las Panteras Negras por parte del gobierno de Estados Unidos, como parte integral de un esfuerzo para destruir todo el movimiento de liberación negra y cualquier otra persona radical que se atreviera a alzar la voz contra la clase dominante estadounidense y sus políticas imperiales. 

COINTELPRO (Programa de Contrainteligencia) se ha convertido principalmente en sinónimo de asesinatos y vigilancia ilegal. Lo que puede pasarse por alto, y ciertamente no se estudia en nuestra era de las redes sociales, es que la gran mayoría de las acciones “ofensivas” de COINTELPRO fueron, en palabras de Huey Newton: “sembrar disensión”.3 

Como dijo el líder del Ejército Negro de Liberación, Safiya Bukhari, “COINTELPRO dio un golpe decisivo” con la muerte de Napier, que fue fundamental para su campaña para crear una división “costa este-costa oeste” o “Newton-Cleaver” para debilitar al BPP. Los orígenes de la disputa entre los dos principales líderes de las Panteras Negras se basaron en evaluaciones divergentes del momento político a principios de los 70. El FBI se movilizó agresivamente para convertir la división política en una profunda división personal, utilizando una variedad de acusaciones, enviadas a través de cartas anónimas o firmadas falsamente, para hacer que ambas partes pensaran que la otra buscaba matarlos y, lo que es peor, que podría estar trabajando con la policía. 

Durante las tres semanas previas al asesinato de Napier, “un aluvión de cartas anónimas fluyó desde las oficinas de campo del FBI en respuesta a las indicaciones de la sede del FBI”.4 Napier se puso del lado de Huey Newton una vez que Cleaver fue expulsado a principios de 1971. La mayoría de las Panteras Negras de Nueva York, sin embargo, apoyaron a Cleaver. La situación era extremadamente tensa. El viceministro de Defensa, Robert Webb, quien se había puesto del lado de Cleaver, fue asesinado unos días antes de Napier en circunstancias altamente sospechosas durante un enfrentamiento con supuestos partidarios de Newton. Napier fue asesinado unos días después en lo que se consideró una represalia por la muerte de Webb. A mediados de marzo, justo después de los asesinatos, el FBI se regodeaba en memorandos internos sobre cómo habían logrado que la “división Cleaver-Newton” fuera “irreconciliable”.5 

Además de sembrar disensos dentro del BPP, COINTELPRO utilizó tácticas similares, en particular cartas falsas, para sembrar la disensión entre el BPP y otras organizaciones negras. El FBI intervino durante el apogeo de la campaña de Fred Hampton para ganarse a las organizaciones callejeras para el movimiento revolucionario. Los agentes del FBI enviaron cartas al líder de la organización Black P Stone Rangers, Jeff Fort, alegando que el BPP lo insultaban constantemente y que lo habían mandado a matar. Los agentes del FBI sintieron que esta era una táctica “productiva” porque los Rangers eran “propensos a la violencia… [y que] los tiroteos y cosas por el estilo eran de segunda naturaleza”.6

En 1970, después de que la organización estadounidense de nacionalismo negro, US Organization, matara en Los Ángeles a dos Panteras Negras –John Huggins y Bunchy Carter– el FBI buscó “aprovechar la situación” haciendo que los informantes se aseguraran de que US Organization fueran “informados de manera apropiada y discreta sobre el momento y la ubicación de las actividades del BPP para que las dos organizaciones pudieran unirse y así dejar que la “naturaleza se encargara del resto”.7

Estos episodios muestran cuán devastadora puede ser la intervención estatal en disputas políticas. Y ofrece una lección importante sobre cómo conducimos las luchas sobre “líneas políticas”. Cuanto más imprudente, más personal, más potencialmente dañina es la retórica utilizada para atacar a los oponentes políticos, esto sirve para abrir la puerta cada vez más amplia para que el Estado ingrese y desorganice los movimientos revolucionarios. 

Las grandes compañías de tecnología y los federales

El peligro es especialmente alto con la proliferación masiva de cuentas anónimas, redes de bots y contenido generado por inteligencia artificial. ¿Por qué estamos viendo una publicación, a diferencia de cualquier otra? ¿Quién determina qué se pone frente a la mayoría de los ojos del mundo? Todo esto afecta fuertemente el tenor, el tono y el contenido “del discurso”. Obviamente, la producción de conocimiento y la formación de conciencia en estas plataformas no está controlada por nosotros, sino por las mismas corporaciones capitalistas monopolistas que son nuestros enemigos. 

Estas empresas están profundamente arraigadas en los servicios estatales de seguridad del gobierno de EE. UU., y que dirigen el flujo de moderación de contenido para sus propias agendas. Twitter, por ejemplo, “ayudó directamente a las operaciones de influencia del ejército estadounidense”.8 El Departamento de Seguridad Nacional y el Departamento de Estado, en asociación con la Universidad de Stanford, hicieron “recomendaciones específicas” sobre cómo empresas como Facebook, TikTok, YouTube y Reddit “deberían censurar” ciertas publicaciones en las redes sociales.9 

Es más, un informe señaló: “Facebook ha reclutado a docenas de personas de la Agencia Central de Inteligencia (CIA), así como a muchas más de otras agencias como el FBI y el Departamento de Defensa (DoD). Estas contrataciones se realizan principalmente en sectores altamente sensibles políticamente, como la confianza, la seguridad y la moderación de contenido… Tik Tok está inundado de funcionarios de la OTAN… ex agentes del FBI abundan en Twitter y… Reddit está dirigido por un ex planificador de guerra del laboratorio de ideas de la OTAN, el Atlantic Council”.10

COINTELPRO 2.0

Es ingenuo suponer que la clase dominante y sus instituciones no están tratando de sembrar la disensión en las filas de los movimientos que desafían al capitalismo y al imperialismo en la actualidad. La verdadera pregunta es, ¿cómo responderá nuestro movimiento? Nuestra primera defensa es la organización. Las comunidades que comparten valores comunes sientan las bases para la evaluación colectiva, la lucha y la rendición de cuentas. Esto crea una contrapresión a la de las redes sociales. 

Comunicarse con sus camaradas para evaluar el problema desde todos los lados, hablar o responder en función de sus propios objetivos estratégicos en torno a sus valores compartidos, considerar las implicaciones del impacto de responder o hablar públicamente a los movimientos más amplios de los que forma parte su organización —todo esto es parte de la seguridad—. Tal como señala Safiya Bukhari:

“Por definición, seguridad significa estar libre de peligro, miedo y ansiedad. La seguridad y el bienestar individual y organizacional comienzan con el conocimiento de lo que se trata, de qué se trata la organización, sus limitaciones, las limitaciones de la organización, sus fortalezas y las fortalezas de la organización. El conocimiento es la clave de la seguridad”.11 

Estas también son las comunidades donde podemos generar confianza, compartir nuestro propio lado humano, hacernos menos vulnerables a las insinuaciones y crear una mayor base para la comprensión y el perdón. El camarada Safiya continúa:

“El enemigo usará cualquier cosa y todo lo que sepa sobre ti en su beneficio. A medida que nos despojamos del ego y sobrevivimos a todos los golpes de revelarnos estas pequeñas verdades sobre nosotros mismos, nos fortalecemos, nuestra organización se fortalece y se vuelve más segura, y nuestro objetivo se vuelve realizable porque hemos comenzado a sublimar el gran ‘Yo’ al colectivo ‘nosotros'”.12

El expreso político David Gilbert ofrece en sus memorias una experiencia de lidiar con la máxima traición, la de un camarada que, después de intensas torturas y presiones extremas, ofreció pruebas a la policía. Reconociendo que no había llegado a un acuerdo con la policía, sino que había hablado bajo tortura, otros camaradas encarcelados, Sekou Odinga y Kuwasi Balagoon, le ofrecieron al individuo:

“apoyo y comprensión para que recuperara su cordura. Obviamente estaba destrozado, visiblemente temblando frente a los policías, pero esperábamos que con una discusión pudiera entender lo que había sucedido. Tal espacio le permitiría interrogar a la defensa para evitar más sorpresas y eventualmente perdonarse a sí mismo y reconstruirse como una persona políticamente consciente”.13

Señala que, lamentablemente, su 

“bravuconería no le permitió admitir que había hablado. Sin enfrentar eso, no pudo recuperarse y permaneció paralizado por el odio a sí mismo. Esa deshonestidad y miedo dejaron las garras del FBI aún profundamente incrustadas en él”.14

Este episodio resalta lo planteado por Bujari sobre la importancia de la organización y la honestidad interna, el respeto y la comprensión. Tomando estos puntos como fundamentales, también debemos aplicar la historia a nuestra realidad actual. 

Si historias totalmente anónimas están difundiendo acusaciones dañinas sobre grupos radicales conocidos y establecidos o sus miembros, eso debería hacernos cuestionarlos. Además, las personas que no son responsables de nada tangible y usan sus plataformas para hacer reclamos no verificables y sembrar división también deberían hacernos reflexionar. Ya sea que alguien tenga malas intenciones o no, está claro que este es exactamente el tipo de prácticas que han sido utilizadas para derribar movimientos radicales durante décadas. Eso por sí solo es suficiente para servirnos como advertencia.

Nada, por supuesto, puede resolver este problema por completo y para siempre. Todo movimiento que triunfa se enfrenta a la represión y sufre pérdidas. La organización es la fuente del éxito de la lucha, de ahí que la represión estatal se centre ante todo en mermar nuestras instituciones colectivas. La pregunta es: ¿Podemos construir organizaciones resilientes? Un componente de esto es lograr que sea difícil la divulgación de mentiras, insinuaciones, calumnias y caracterizaciones erróneas que generen resentimientos que conduzcan a la tragedia, como pasó en los ejemplos descritos aquí. 

Citas

  1. Véase aquí.
  2. Véase aquí.
  3. Huey Newton, War Against the Panthers: A Study of Repression in America (1980)  https://files.libcom.org/files/WATP.pdf
  4. Huey Newton, War Against the Panthers: A Study of Repression in America (1980)  https://files.libcom.org/files/WATP.pdf
  5.  Ibid. 
  6.  Ibid. 
  7.  Ibid. 
  8. https://www.newsnationnow.com/business/tech/twitter-aided-pentagon-influence-operations-report/
  9. https://judiciary.house.gov/sites/evo-subsites/republicans-judiciary.house.gov/files/evo-media-document/EIP_Jira_Ticket_Staff_Report_11-6-23_Clean.pdf
  10. https://mronline.org/2022/07/14/meet-the-ex-cia-agents-deciding-facebooks-content-policy/ 
  11. Safiya Bukhari, The War Before: The True Life Story of Becoming a Black Panther, Keeping the Faith in Prison & Fighting for Those Left Behind (2010) p.37https://ia802802.us.archive.org/21/items/Safiya-bukhari-the-war-before-the-true-life-story-of-becoming-a-black-panther-ke/safiya-bukhari-the-war-before-the-true-life-story-of-becoming-a-black-panther-keeping-the-faith-in-prison-fighting-for-those-left-behind-1.pdf
  12. Ibid. pág. 38
  13. David Gilbert, Love and Struggle: My Life in SDS the Weather Underground and Beyond (2012), pp. 300-301
  14. Ibid.

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