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La historia del Día internacional de los Trabajadores

Cada año, el Primero de Mayo se celebra en todo el mundo como el día internacional de la clase obrera y la solidaridad. Manifestaciones ocurren en todos los continentes, organizadas por los sindicatos en algunos países y por los partidos revolucionarios o gobiernos en otros. Todos celebramos la lucha de la clase obrera internacional.

El Primero de Mayo se adoptó oficialmente como el Día Internacional de los Trabajadores en una reunión de la Internacional Socialista Marxista (Congreso de la reunión para la fundación de la Segunda Internacional, celebrado en París en julio de 1889). Su objetivo era la campaña por una jornada de ocho horas para todos los trabajadores.

Los acontecimientos de mayo inspiraron una ola de huelgas y manifestaciones en pos de una jornada laboral más corta y tuvieron como consecuencia la matanza en la Plaza de Haymarket en Chicago (Estados Unidos, 1886). El resultado inmediato de esta primera ola de manifestaciones fue un tremendo revés a corto plazo para el movimiento obrero. Pero la clase obrera con el tiempo transformó la derrota en una contundente victoria para las siguientes generaciones de trabajadores de todo el mundo.

La guerra civil y la jornada de ocho horas

La lucha por una jornada de ocho horas tomó fuerza durante la Guerra Civil de los EE.UU. “Con la muerte de la esclavitud, una nueva vida surgió. El primer fruto de la Guerra Civil ha sido la agitación por [la jornada de] ocho horas”, dijo Karl Marx sobre el período. Cientos de organizaciones locales en todo el país se movilizaron activamente por la aprobación de leyes para una jornada de ocho horas.

En 1868, seis estados y cierto número de ciudades en los Estados Unidos aprobaron la legislación de ocho horas al día. Ese mismo año, después de una campaña nacional que recogió 10.000 firmas, el Congreso aprobó una ley de jornada de ocho horas para todos los trabajadores federales. Pero una nueva depresión que duró desde 1873 hasta 1879 una vez más revirtió las conquistas de la campaña.

El movimiento sindical se basó más en la petición a los legisladores que la acción directa. Sin embargo, algunos sindicatos nacionales recurrieron a la huelga. Las organizaciones sindicales influenciadas por la ideología marxista con un enfoque decididamente más revolucionario para ganar la jornada de ocho horas se formaron en la década de 1880.

1 de mayo de 1886

El 1 de mayo de 1886 alrededor de 500.000 trabajadores se movilizaron en apoyo a la jornada de ocho horas. Numerosas manifestaciones y huelgas se produjeron en las principales ciudades del país, así como en pequeñas ciudades y pueblos rurales. Cerca de 90.000 trabajadores marcharon en Chicago, de los que casi 40.000 eran huelguistas. Treinta y cinco mil empacadores de carne de Chicago ganaron la jornada de ocho horas sin pérdida de salario después de esa huelga.

Diez mil personas marcharon desde la plaza Union Square en Nueva York. Once mil en Detroit. Alrededor de 20.000 protestaron en Baltimore, junto con miles procedentes de Milwaukee. En Louisville, 6.000 trabajadores blancos y negros marcharon juntos atravesando los parques de la ciudad, oficialmente cerrados a los negros. La prensa negra informó que el movimiento sindical había derribado los muros de los prejuicios.

El incidente de Haymarket

El enorme éxito de la huelga del Primero de Mayo en Chicago se debió en gran parte a la dirección y organización del Consejo Central del Trabajo de Chicago. Anarcosindicalistas de la Asociación Internacional del Pueblo Trabajador lo lideraron.

El 3 de mayo, el número de trabajadores en huelga en Chicago ascendió a 65.000. Alarmados, los representantes de la industria decidieron que la acción en contra de los trabajadores era necesaria. La policía abrió fuego contra los huelguistas en la compañía McCormick Reaper, matando a cuatro personas e hiriendo a muchos otros.

En respuesta a los ataques, al día siguiente se convocó un mitin general en la Plaza Haymarket, con objeto de denunciar los asesinatos por parte de la policía. Acudieron tres mil personas. Debido a que la manifestación estaba llegando a su fin, la policía ordenó dispersarse a los manifestantes.

Al mismo tiempo que los líderes de la manifestación estaban discutiendo con los policías, una bomba fue lanzada desde la multitud a las filas de la policía, matando uno instantáneamente. Seis policías murieron más tarde, y sesenta y seis resultaron heridos. Como consecuencia, los policías dispararon sus armas contra los trabajadores, hiriendo a 200 y matando a varios.

El alcalde declaró la ley marcial en Chicago. Una redada indiscriminada orientada a la clase trabajadora de la ciudad se llevó a cabo. Cientos de trabajadores fueron arrestados.

Finalmente, ocho trabajadores fueron sometidos a juicio. Todos fueron condenados. Cuatro de ellos fueron ahorcados el 11 de noviembre de 1887. Uno se suicidó el día antes del ahorcamiento, tenía 21 años. Dos recibieron penas de cadena perpetua y uno fue condenado a 15 años en la cárcel. Los ocho hablaron desde el estrado al final

del proceso. Sus discursos acusaron al sistema capitalista y demandaron el derecho de la clase trabajadora a defenderse contra la esclavitud capitalista.

El hecho de que cuatro de los hombres condenados no estuvieran presentes en la manifestación fue considerado irrelevante durante el proceso judicial. Estos trabajadores no fueron juzgados por sus acciones en ese día: simplemente fueron llevados a juicio por su militancia y sus dotes de organización laboral.

Las consecuencias de Haymarket

El movimiento obrero fue atacado tras el bombardeo. Las milicias del Estado acudieron, la policía se reorganizó y un reino de terror golpeó el movimiento por la jornada de ocho horas.

Una huelga pacífica en Milwaukee fue dispersada a balazos, con ocho huelguistas muertos como resultado. Otras huelgas fueron reprimidas con violencia. Alrededor de un tercio de los trabajadores que habían ganado la jornada de ocho horas la perdieron el mes después del incidente de Haymarket.

Un movimiento internacional en apoyo de los acusados de Haymarket se formó rápidamente. Los trabajadores organizados de los Estados Unidos se involucraron en un movimiento de masas contra las masacres. Muchos personajes famosos como John Brown Jr., Leonard Sweet, socio legal de Abraham Lincoln, y un buen número de jueces y gobernadores de diferentes estados protestaron contra las ejecuciones.

En el resto del mundo, los trabajadores realizaron manifestaciones y reuniones en Francia, Holanda, Rusia, Alemania, Italia, Inglaterra y España. En Alemania todas las reuniones públicas fueron prohibidas debido a que las acciones de solidaridad cada vez eran mayores y más peligrosas para los poderosos.

El incidente de Haymarket coloca a la clase trabajadora de los EE.UU., y en especial el movimiento de las ocho horas al día, en el escenario central del movimiento obrero mundial. Por eso, cuando la entonces recién fundada Federación Americana del Trabajo, en su convención de 1888, anunció que el 1 de mayo de 1890 sería el día en que el proletariado haría cumplir la jornada de ocho horas con las huelgas y manifestaciones que hiciesen falta, el mundo entero estaba escuchando.

Día Internacional de los Trabajadores

En 1890, un año después de que la Segunda Internacional declaró el Primero de Mayo como Día Internacional del Trabajador, una ola de manifestaciones barrió todo el mundo.

Aquel día, el 1 de mayo de 1890, se convocaron más huelgas que en cualquier otra fecha en la historia de los Estados Unidos hasta ese momento. En Europa prácticamente todos los centros industriales fueron testigos de manifestaciones por la jornada de ocho horas. Las manifestaciones también se llevaron a cabo en Perú y Chile. En La Habana, Cuba, las demandas de los trabajadores incluían además de la jornada de ocho horas, la igualdad de derechos para negros y blancos y la unidad de la clase obrera.

Los trabajadores chinos celebraron su primer Día de los Trabajadores de 1920, tras el triunfo de la Revolución Rusa. Los trabajadores de la India observaron por primera vez el Primero de Mayo en 1927, con manifestaciones en Calcuta, Madrás y Mumbai. A partir de este momento, el Primero de Mayo se convirtió realmente en el día mundial del obrero.

No fue hasta el 25 de junio 1938, cuando el congreso estadounidense finalmente aprobó una legislación federal que establecía la jornada de ocho horas para todo el territorio. Esto se produjo después de años de duras batallas, las de las luchas anticapitalistas de la clase obrera en respuesta a la devastación de la Gran Depresión.

En todo el mundo, el Primero de Mayo se mantiene como símbolo de lucha internacional de la clase obrera contra el sistema capitalista. Se trata de un día en que los trabajadores pueden elevar sus reivindicaciones de clase en pos de la unidad y en contra del racismo, la guerra imperialista, el chovinismo nacional y de toda la clase gobernante. La herencia del Primero de Mayo nos da algo de optimismo para el futuro y las luchas que están por venir.

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