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Huelga de escritores produce un contrato sin precedentes

Después de casi cinco meses de piquetes, consignas y marchas a nivel nacional, la huelga del Gremio de Escritores de Estados Unidos (WGA por sus siglas en inglés) contra la codicia de los estudios cinematográficos produjo un acuerdo tentativo que se someterá a votación entre las y los miembros del sindicato. El 27 de septiembre, el Consejo del Este del WGA votó para terminar la huelga después de obtener concesiones que se traducirán en aproximadamente $233 millones anuales para la clase trabajadora más que el acuerdo anterior. Esto representa casi tres veces más que lo ofrecido inicialmente por la Alianza de Productores de Cine y Televisión.

Habiendo comenzado en mayo, la huelga del WGA fue una entre muchas luchas laborales históricas que dieron inicio al “caldeado verano laboral”, una frase creada para describir el actual resurgimiento del movimiento laboral, considerado una continuación del “Strike-tober” (“octubre de huelga”). Como consecuencia del bajo nivel de desempleo, la crisis inmobiliaria y la codicia corporativa sin límites, las y los trabajadores están ahora más dispuestos a luchar y usar su poder de negociación contra sus jefes de maneras sin precedente desde el inicio de la pandemia.

Esta huelga de 148 días representó una lucha existencial contra los estudios hollywoodenses a una escala incomparable con las de las anteriores huelgas del WGA, en 1988 y 2008. Con el surgimiento de nueva tecnología y al empeorar las condiciones laborales debido a servicios de contenido “en directo”, esta huelga fue una lucha para impedir que los estudios de Hollywood se convirtieran en otra industria de economía “bajo demanda”. En estos puntos, el WGA obtuvo rotundas victorias y avances importantes en una lucha que continuará por años.

El WGA logró que se regulara significativamente los llamados “mini-equipos de escritores”, constituidos por un número ínfimo de empleados con contratos laborales por el período de tiempo más corto posible. Esta victoria producirá contratos con límites mínimos regulados en cuanto al número de empleados, a los que se deberá garantizar empleo en proporción directa a la longitud del proyecto aprobado. Por ejemplo, para una serie de hasta seis episodios, se debe contratar a tres escritores. Esto garantiza que las y los escritores que trabajan en un programa que ha sido aprobado o pre aprobado no deberán preocuparse inmediatamente por encontrar su siguiente contrato, o por trabajar jornadas excesivas con tal de poder llegar a fin de mes con solvencia. Además de todo esto, el WGA logró cuotas mínimas de empleo durante una producción, lo que significa que una producción debe contratar escritores de nivel medio por un período mínimo de tiempo, lo cual representa una experiencia esencial para el avance profesional y para volver a conectar al equipo de escritores con el proceso de producción.

El WGA también logró que por primera vez se paguen derechos residuales de autor a todos sus miembros en proporción directa al número de espectadores de servicios en directo. Esto significa que cuando un programa de televisión o película alcanza un éxito masivo en cualquier servicio de contenido en directo, las y los escritores compartirán los beneficios de esta popularidad y recibirán una bonificación extra de parte de los estudios. Desde que la industria se transformara en 2007 con el lanzamiento del servicio de contenido en directo de Netflix, las y los escritores dejaron de percibir pagos residuales de derechos de autor como solían hacerlo. A diferencia de las formas tradicionales de transmisión televisiva, los servicios en directo como Netflix, Max, Hulu, Amazon Prime Video, etc. no han sido obligados a revelar datos sobre el tamaño de su audiencia. Por esta razón, la compensación residual percibida por las y los escritores de parte de los servicios en directo han sido fijas y significativamente más bajas.

A pesar de que el nuevo contrato no obliga a los servicios en directo a revelar sus datos al público, sí serán obligados a ser más transparentes ante el WGA, poniendo así a las y los escritores en una situación más ventajosa para negociar con sus empleadores. Sin embargo, si bien esta es una victoria enorme e importante, también cabe mencionar que los servicios hollywoodenses en directo ya han formado un frente unido para hacer lobby a la luz de su reciente derrota, demostrando con ello que las y los escritores deben continuar organizándose y participando activamente en su sindicado aún después de la ratificación del contrato.

Además, los equipos de escritura —escritores que trabajan usualmente en grupos de dos o más— ya no serán forzados a repartir sus prestaciones como los servicios de salud o su pensión como si fueran una sola persona. Las y los miembros del WGA se habían visto obligados a tener una cantidad mínima de ingresos anuales antes de calificar para percibir prestaciones como los servicios de salud, haciendo así más difícil para las parejas de escritores y otros equipos el acceso a estos derechos. Bajo el nuevo trato, todo escritor será tratado como un individuo, haciendo más fácil así cumplir con el mínimo necesario para recibir prestaciones esenciales.

Inteligencia artificial

Quizá uno de los logros más emblemáticos que estableció las bases para las negociaciones futuras de las organizaciones laborales de todo gremio es la victoria del WGA sobre la regulación del uso de la inteligencia artificial (IA). En mayo pasado, los empleadores rechazaron la propuesta inicial del GWA de prohibir el uso de IA para producir o revisar guiones para programas. Sin embargo, gracias a la persistencia y el carácter militante de la huelga, las y los miembros del WGA han obtenido una protección sin precedentes en contra del uso de la IA en el proceso de escritura.

Ahora las y los escritores pueden decidir cómo y cuándo usar nuevas tecnologías en su propio trabajo, con el consentimiento del estudio para el que estén trabajando, pero los estudios no pueden obligar a las y los escritores a usar software de IA como ChatGPT para la ejecución de sus labores. Esta es una victoria histórica para todos los trabajadores porque pone las nuevas tecnologías en manos de los trabajadores para su beneficio, en lugar de ponerlas en manos de los jefes para ser usadas para extraer aún mayores ganancias a expensas de sus trabajadores. Además, si cualquier material recibido por un escritor ha sido generado, completa o parcialmente, con IA, el estudio debe advertírselo al escritor. El contenido generado con IA no será considerado material literario, o una fuente original, o material asignado. El WGA se reserva también el derecho de “declarar que la explotación del material generado por las y los escritores para entrenar a la IA queda prohibido bajo el Memorándum de Acuerdo Básico (MAB) y otras leyes”, mostrando con ello la disposición de las y los trabajadores para enfrentar la larga lucha contra el uso de nuevas tecnologías. Como con cualquier acuerdo colectivo negociado, la parte más difícil de esta lucha contra la IA será su aplicación efectiva.

En noviembre del 2022, la popularidad de la IA después del lanzamiento público de ChatGPT, el modelo de lenguaje de OpenAI, dio inicio a una nueva era de revolución digital. Con la introducción de herramientas así de poderosas, la trayectoria de muchas industrias ha sido afectada. Muchos observadores astutos de la IA han sabido sobre el desarrollo de estos programas generadores desde hace varios años y habían estado esperando el anuncio de un “transformador generativo pre-entrenado” (GPT por sus siglas en inglés) como este para experimentar con él. De hecho, el WGA ha sido uno de estos observadores en esta nueva era de programas de IA para la generación de texto.

Tal como correctamente habían asumido, en manos de las y los capitalistas, los programas de IA generadores de texto serían usados para que las máquinas produjeran historias. Resulta mucho más barato alimentar un programa de IA con cientos de miles de guiones de cine y televisión como materia prima a partir de la cual generar nuevas historias, que pagar a escritores sindicalizados para escribir sus propios guiones. Es decir, el WGA representa la vanguardia en una nueva lucha que sin duda se desarrollará en el curso de nuestras vidas y que afectará a la clase trabajadora en su totalidad.

Si bien es cierto que la fuerza y determinación del WGA fue un factor decisivo en esta victoria, la solidaridad intra sindical sin precedentes dentro de la industria del entretenimiento y más allá proveyó el impulso esencial para el histórico levantamiento laboral del verano pasado. Los sindicatos de los Teamsters y el de la Alianza Internacional de Trabajadores del Teatro (IATSE), que representan a las y los profesionales de cine y televisión de Hollywood que trabajan tras bastidores, fueron equipos esenciales para detener las producciones completamente. Otras y otros trabajadores sindicalizados se negaron a trabajar en cualquier lugar en el que hubiera un piquete del WGA, dándole al gremio más poder de negociación en su lucha. El 14 de julio, 160.000 miembros del Gremio de Actores de la Pantalla (SAG por sus siglas en inglés), se unieron a las y los escritores en las calles después de que las negociaciones con el AMPTP llegaran a un impasse, dando inicio a una histórica doble huelga que para todo efecto práctico paró la industria entera de Hollywood.

La lucha del WGA representa un reajuste en la balanza de fuerzas dentro de la industria del entretenimiento. Con el patrón estratégico de las huelgas coordinadas de WGA y SAG con propuestas similares, las y los escritores dieron mayor peso a los actores en su negociación, pero también forzaron a los estudios a presentar propuestas sobre el uso de la IA para la IATSE y los Teamsters en preparación para las negociaciones de sus contratos del próximo año. La unidad y solidaridad nunca antes vista de estos trabajadores ha sido, sin duda, una de las más grandes victorias de esta huelga y representa un impulso esencial para futuras luchas sindicales. Estas victorias no solo mejorarán fundamentalmente las condiciones laborales en toda la industria del entretenimiento y más allá, sino que hará más difícil que los estudios siembren conflictos entre las y los trabajadores de Hollywood, como siempre han tratado de hacer.

La fuerza y determinación de las y los miembros del WGA fue puesta a prueba durante la huelga. Ahora su resiliencia tendrá que sostener una lucha mucho más larga en contra de los inevitables asaltos futuros por parte de sus empleadores, quienes usarán nuevas tecnologías de maneras detrimentales para la clase trabajadora. Las y los trabajadores de Hollywood se encuentran luchando en los primeros momentos de una nueva batalla existencial dentro de una guerra de clases más amplia. Un contrato laboral solo es efectivo cuando se aplica, y la introducción de IA en el lugar de trabajo abre una nueva batalla en el campo de la automatización. Como hemos visto en múltiples ocasiones durante este “caldeado verano laboral”, es solo a través de la lucha que las y los trabajadores pueden decidir su propio destino y ganar.

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