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¡Justicia para Jordan Neely!

Foto: Jordan Neely, conocido por muchos pasajeros del metro como un talentoso imitador de Michael Jackson.

El 1 de mayo, Jordan Neely, un hombre negro de 30 años, fue asesinado en un tren de la línea F camino hacia el norte en Manhattan. Solo unos minutos antes, Neely, en situación de calle, comenzó a gritar en el vagón del metro, visiblemente frustrado y empujado al borde por la falta de consideración que otros pasajeros le habían mostrado. “¡No tengo comida! No he bebido nada”, exclamó Neely. “No me importa si voy a la cárcel, y si me dan cadena perpetua, estoy listo para morir”.

Neely no había atacado a nadie en el tren ni se había comportado violentamente, pero fue inmovilizado y estrangulado por un ex marino blanco de 24 años, cuyo nombre aún no ha sido revelado por la policía. Otros dos pasajeros ayudaron a sujetar a Neely, un periodista independiente grabó sus últimos minutos de vida con la cámara de su teléfono, y otros pasajeros observaron cómo el agresor lo estranguló hasta la muerte, dejandolo encerrado mientras lo estrangulaba durante quince minutos, inlcuso después de que dejó de luchar y su cuerpo se debilitó. 

En una indignante violación de la justicia, el asesino de Neely solo fue detenido brevemente por la policía e interrogado, y luego liberado esa noche sin cargos. 

Inmediatamente después de este linchamiento público, los medios corporativos, como era de esperarse, se movieron para estigmatizar a Neely y representar esta violencia racista como un acto de heroísmo. El New York Post, fue uno de los primeros medios de comunicación en divulgar la historia, describió a Neely como un “hombre desquiciado” y como un “vagabundo”, y su equipo editorial incluso describió al asesino de Neely como un “buen samaritano”, que solo se vio envuelto en una situación “trágica” tratando de mantener la seguridad pública. Y no pasó mucho tiempo para que publicaciones como la revista Newsweek, The New York Daily News, y ABC 7 New York, entre otras, excavaran su historial criminal, como si fuera de alguna manera relevante para su asesinato o justificara su ejecución pública. Sin embargo, aunque los detalles personales de Neely han sido desenterrados y publicados por la prensa, todavía no se ha publicado ningún detalle sobre la vida personal de su asesino.

Neely había sido una vez una cara familiar entre los pasajeros del metro de la ciudad de Nueva York. Era un talentoso imitador de Michael Jackson, a menudo realizando espectáculos callejeros en el metro y en Times Square, usando la danza como una salida para sus luchas con la depresión, la esquizofrenia y la falta de vivienda estable. Después del asesinato de su madre en el 2007, la salud mental de Neely sufrió una espiral dramática y nunca se recuperó por completo.

Neely necesitaba vivienda estable, apoyo y tratamiento. Pero debido a que Neely era pobre y negro, su vida fue tratada como desechable mientras su asesino camina libre, aclamado como un héroe.

La guerra de Eric Adams contra las personas sin hogar de la ciudad de Nueva York

Seamos claros: la violencia racista mató a Jordan Neely, pero su asesinato también es obra del propio alcalde Eric Adams. Es el resultado lógico de la insensible falta de recursos para viviendas y servicios sociales en la ciudad que han dejado a decenas de miles de neoyorquinos a tener que valerse por sí mismos en una lucha por la supervivencia. Y no es de extrañar que la falta de vivienda afecte de manera desproporcionada a las comunidades más explotadas por el capitalismo: el 58% de las personas en los albergues para personas sin hogar de la ciudad de Nueva York son negras, mientras que el 31% son latinas.

Actualmente se está produciendo una crisis en la ciudad de Nueva York, ya que el fin de la moratoria de desalojos de COVID y los programas de asistencia de alquiler de emergencia durante la pandemia junto con un costo de vida cada vez más alto, ha abierto un “compuerta” de desalojos en todos los condados de la ciudad. En el 2022, más de 100,000 familias recibieron avisos de desalojo de sus propietarios. Esta crisis de desalojo también se alimentó directamente de la crisis de personas sin hogar que ya existía en la ciudad. Mientras los propietarios retienen apartamentos vacantes para crear una escasez artificial con el fin de aumentar los precios de alquiler, 68,884 personas sin hogar, incluidos 21,805 niños, durmieron en el principal sistema municipal de refugios de la ciudad de Nueva York en diciembre del 2022, según la Coalición para las Personas sin Hogar.

La administración de Adams no ofrece ninguna solución a esta crisis agravada de personas sin hogar. Solo busca alejar a los no alojados de la visibilidad pública. Desde que asumió el cargo en el 2022, Adams ha impulsado agresivamente sus controvertidas redadas de campamentos de personas sin hogar y la hospitalización involuntaria de personas consideradas mentalmente inestables. El Plan de Seguridad del Metro de Adams canalizó aún más oficiales de la Policía de Nueva York a las estaciones de tren, donde recorren estaciones y trenes arrestando a personas por delitos tan triviales como evasión de tarifas, vagar y dormir en vagones del metro. En el 2022, Adams recortó $615 millones del Departamento de Servicios para Personas sin Hogar de la Ciudad de Nueva York, una cifra obscena que representa 20% de todo su presupuesto. Este recorte de los servicios sociales en efecto convierte a la policía en equipos de primera línea. En lugar de proporcionar una vivienda segura, el sistema pone a las personas sin hogar en la cárcel.

Esta represión de la pobreza ha sido acompañada por una campaña de propaganda sobre una “ola de crímenes” que representa a las personas sin hogar como peligros a la sociedad que deben ser retirados de la vida pública en pos de la seguridad colectiva de todos los neoyorquinos. Este pánico fabricado oscurece dos cosas: primero, que incluso según las propios cifras de la policía de Nueva York, los llamados “delitos de tránsito” han bajado un 8% con respecto al año pasado; y en segundo lugar, estadísticamente, es mucho más probable que las personas sin hogar sean víctimas de agresiones violentas que perpetradores. De hecho, el número de personas sin hogar asesinadas en la ciudad de Nueva York aumentó en 300 por ciento del 2018 al 2021.

Sin lugar a dudas, el alarmismo racista de la administración Adams sobre las personas en situación de calle fue un factor que contribuyó al asesinato de Neely. Cuando las personas en situación de calle, y quienes están mentalmente inestables se representan como un peligro social, cualquier violencia infligida sobre ellos, ya sea por la policía o por ciudadanos blancos, siempre se justifica en nombre de la seguridad pública. En los Estados Unidos, la raza y la relación con la propiedad de las personas pueden significar una condena de muerte.

¡Justicia para Jordan! ¡Las necesidades de la gente por encima de las ganancias!

En la lucha por la justicia para Jordan Neely, exigimos que se presenten cargos de inmediato contra el asesino de Neely. También exigimos que se inviertan recursos hacia servicios públicos y viviendas seguras para los más vulnerables de la ciudad. Pero también reconocemos que fundamentalmente estos problemas no pueden ser resueltos por el capitalismo, un sistema de explotación que trata la vivienda como una mercancía, criminaliza la pobreza para atacar a las comunidades negras y pueblos oprimidos hacia el sistema penitenciario y depende de la policía racista como defensora de primera línea de la propiedad privada. Estas características inherentes del capitalismo solo pueden resolverse a través del socialismo, un nuevo sistema económico que ponga las necesidades del pueblo antes que las ganancias. ¡Salgamos a las calles para exigir justicia para Jordan y todas las víctimas de la violencia racista!

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