Jóvenes inmigrantes, líderes del cambio

El Candidato Vicepresidencial Yari Osorio emigró de Colombia a los Estados Unidos junto a su hermano mayor y su madre cuando tenía tres años de edad. Él es ahora un ciudadano estadounidense, pero creció como indocumentado. Las severas políticas anti-inmigrante en los Estados Unidos impulsaron a Osorio para que se convirtiera en un ferviente promotor de la igualdad, la justicia social y la justicia económica.

La insistencia del Presidente Obama cuando dice que sus “manos están atadas” en lo relacionado a la reforma migratoria, fue comprobado como algo falso durante su comunicado el 15 de junio. En esa fecha el gobierno anunció una nueva política que le permitiría a los jóvenes indocumentados solicitar un permiso temporal para permanecer en Estados Unidos. Esta medida de “aplazamiento” también les permitiría solicitar permisos temporales de trabajo y tarjetas de seguro social.

Esta maniobra de campaña electoral para tranquilizar a los jóvenes inmigrantes esta muy lejos de la igualdad—pero demuestra que la nueva generación de luchadores por la causa de los derechos del inmigrante es una verdadera fuerza. Los cambios en las políticas son una respuesta directa a las heroicas acciones llevadas acabo por la juventud inmigrante indocumentada, la cual ha escalado su lucha por la igualdad y su legalización durante los últimos cuatro años.

Durante las últimas dos semanas, los jóvenes inmigrantes han llevado a cabo tomas de edificios, huelgas de hambre y acciones de desobediencia civil en frente y adentro de las oficinas de campaña electoral de Obama. Han culminando con ocupaciones de dichas oficinas a través del país, incluyendo Cincinnati, Denver, Oakland, Los Ángeles y Dearborn. Las oficinas de campaña electoral en Carolina del Norte y Georgia fueron cerradas antes de que pudieran abrir cuando se escuchó el rumor de que los jóvenes indocumentados planeaban tomárselas.

Estos nuevos cambios podrán ser una victoria, pero la juventud inmigrante no le permitirá al gobierno traicionar su movimiento. Varios estudiantes han dicho que no es suficiente y han continuado con las ocupaciones después del anuncio de la nueva política migratoria. Marco Saavedra, un manifestante de Cincinnati nos explica: “Sabemos que es solo el comienzo, porque la medida no conduce a la ciudadanía. No brinda muchas opciones a los recursos”.

Efectivamente, este “aplazamiento” está muy lejos de la igualdad y la justicia. Las personas que caen en este tipo de aplazamiento por lo general quedan atrapadas en los Estados Unidos, y su estadía depende de su autorización para trabajar. Si se ven obligados a salir por cualquier razón—inclusive por la muerte de algún pariente o cualquier otra emergencia personal—corren el riesgo a no poder regresar. Dichas personas no pueden solicitar peticiones por parte de sus parientes. La nueva política no ofrece un camino a la residencia permanente ni la ciudadanía. Estos aplazamientos pueden ser negados o revocados en cualquier momento. Las personas con este tipo de aplazamiento no pueden votar ni recibir trabajos con el gobierno federal.

Promesas incumplidas de los Demócratas

Hace cuatro años, cuando los Demócratas nuevamente buscaban instalar a su candidato en la Casa Blanca, Obama cuidadosamente se presentó a si mismo como un defensor y amigo de los inmigrantes en los Estados Unidos. Él prometió una reforma migratoria justa en su primer año como presidente. Las movilizaciones de millones de inmigrantes ciudadanos y sus parientes le ayudaron al Partido Demócrata a ganar las elecciones de 2008.

Pero la reforma migratoria no se ha realizado. De hecho, bajo el gobierno de Obama lo que sí se ha implementado, es el programa más agresivo en la historia en contra de la comunidad inmigrante. Durante los primeros seis meses de 2011, el gobierno de Obama deportó a más padres de familia con hijos ciudadanos que ningún otro presidente antes de él.

Obama ha desplegado más “botas en la frontera” que sus antecedentes y ha deportado mas inmigrantes en un periodo presidencial que George W. Bush deportó en dos periodos. Obama ha impuesto al ICE en ciudades y lugares por todo el país através del programa Comunidades Seguras, el cual le permite a las agencias locales de policía facilitar el involucramiento del ICE—inclusive para llamadas de consulta. Dicho programa también facilitan que las ganancias de las corporaciones se multipliquen por medio del complejo carcelario industrial.

El presidente Obama podría haber utilizado su primer día como presidente pare expedir una orden que detuviera las deportaciones de jóvenes indocumentados y otorgarles permisos de trabajo. Él podría haber emplazado un programa, como otros que ya existen, llamados el “Estatus de Protección Temporal” (TPS), el cual le permite al presidente ordenar algunas protecciones migratorias.

El verdadero cambio se logra en las calles

La campaña de falsas promesas que le dio el triunfo a Obama en 2008 pone de manifiesto la lección que nunca es exagerante: el verdadero cambio nunca se gana en las elecciones. Debe ser logrado en las calles.

Desde entonces los estudiantes indocumentados se han organizado para luchar alrededor del país de diferentes maneras. Los estudiantes han organizados comités de apoyo para los deportados en diferentes universidades y escuelas secundarias, utilizan las redes sociales para organizar acciones de emergencia para detener deportaciones. También se incrementaron mítines u concientización en las calles. Las acciones públicas se ha incrementado a medida que las nuevas leyes anti-inmigrante—criminalizando y aterrorizando las comunidades inmigrantes—son aprobadas en varios estados.

Los cambios de política de Obama tratan de contener el último desencadenamiento de la lucha por los derechos del inmigrante y desviarla hacia la arena electoral. Intentan obtener el voto latino creando el temor de que cualquier cambio en la presidencia podría resultar en un revocamiento de sus políticas. Pero la verdad es que con o sin Obama, las políticas pueden ser cambiadas en cualquier momento.

Con esta nueva orden, el gobierno de Obama espera contener al sector más militante del movimiento pro-inmigrante—los jóvenes. ¡Pero no nos callaremos!

La fuerza de nuestro movimiento es inmensa. Una campaña que cuenta con un presupuesto de millones de dólares y que moldea la opinión pública por medio de anuncios masivos fue expuesto como ridículo por los estudiantes indocumentados a través de todo los Estados Unidos.

La Campaña Presidencial PSL de Lindsay/Osorio cree que el derecho de toda persona al empleo, a la educación y a una vida segura no puede ser “revocado” o “vencido”. Las leyes y políticas que oprimen y criminalizan a la comunidad inmigrante no deben ser “aplazadas”—deben ser aplastadas.

La lucha por los derechos de los inmigrantes es parte esencial de la lucha en contra toda forma de opresión. Para todos los que luchan por un cambio progresista—contra el racismo, el encarcelamiento masivo, la guerra y la ocupación, por los derechos laborales y más—la unidad es indispensable para lograr la victoria. Un ataque en contra de uno, es un ataque en contra de todos.

La Campaña Presidencial de Lindsay/Osorio saluda a la juventud inmigrante por su iniciativa audaz y liderato. ¡Continuemos con la lucha en las calles!

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