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“La suma de 500 años de resistencia”: colombianos hacen historia al elegir al primer presidente de izquierda

Foto: Gustavo Petro y Francia Márquez celebran con sus seguidores la noche de las elecciones. Crédito – @FranciaMarquezM

Una ola de celebraciones masivas recorrió por las calles y plazas principales de Colombia el domingo al conocerse la noticia de que el país acababa de elegir a su primer presidente de izquierda, Gustavo Petro, y a la primera vicepresidenta negra del país, Francia Márquez.

La coalición Pacto Histórico, el movimiento político de Petro y Francia, ganó esta histórica contienda al obtener el 50,44% y superar al millonario empresario de derecha Rodolfo Hernández, que quedó por detrás con más de 700.000 votos. La victoria de Petro y Francia confirma que el pueblo colombiano ha expresado oficialmente su deseo de cerrar el telón de una vez por todas a la tragedia del uribismo, con sus años de gobierno brutal de la élite más derechista del país. 

Imágenes y vídeos circularon por las redes sociales y la prensa mostrando la almirante voluntad de millones de colombianos de todas las regiones del país que se movilizaron por el cambio a pesar de las campañas de miedo y las remotas mesas electorales. Un vídeo mostraba a votantes de zonas remotas del Chocó viajando en embarcaciones pequeñas en un viaje de dos días para llegar al centro electoral más cercano, todos con la determinación de votar por el cambio y elegir a la primera vicepresidente negra de Colombia, Francia, un héroe de la justicia social y medioambiental en la región. Chocó es un departamento de Colombia rico en minerales donde los afrocolombianos constituyen más del 85% de la población y son las mayores víctimas de los escuadrones de la muerte y del desplazamiento por parte de las empresas mineras transnacionales.

Todos los principales periódicos y medios de comunicación estadounidenses publicaron alguna variación del mismo titular básico: “Un ex guerrillero se convierte en el primer presidente de izquierda del país”. A pesar del marco de miedo, Estados Unidos y sus aliados parecen haberse abstenido hasta ahora de plantear falsas acusaciones de fraude electoral, una práctica habitual cuando se elige a un líder progresista en la región. El oponente de Petro, Hernández, también admitió la contienda tan pronto como se anunciaron los resultados oficiales, e incluso el ex presidente de extrema derecha Álvaro Uribe publicó un tuit aceptando los resultados y a Petro como presidente. A pesar de estos indicios, el pueblo progresista debe permanecer vigilante y condenar cualquier intento del gobierno de Estados Unidos o de su representante, la Organización de Estados Americanos, de intervenir en contra de la voluntad democrática del pueblo colombiano.

Petro y Francia están cargando con las demandas de millones de colombianos que anhelan un cambio. Se presentaron con una plataforma progresista que prometía subir los impuestos a los ricos, aumentar el presupuesto para la educación y crear un sistema de salud pública universal, entre otras reformas muy necesarias. Uno de los puntos principales de su campaña era lograr una paz auténtica en Colombia, manteniendo y reforzando los acuerdos de paz de La Habana de 2016, y desafiando al mismo tiempo a las organizaciones paramilitares de derechas que durante décadas han gozado de total impunidad para sembrar el terror y la violencia en nombre de las élites. Otro punto clave de la campaña es normalizar las relaciones con Venezuela y reconocer a Nicolás Maduro como el presidente legítimo del país, acabando de una vez por todas con el absurdo reconocimiento de Juan Guaidó como presidente interino por parte del gobierno saliente de Iván Duque.

En su discurso de victoria, Gustavo Petro explicó lo que significa este triunfo para Colombia e incluso hizo algunas peticiones inmediatas:

“Somos la suma de 500 años de resistencia en Colombia. Somos la rebelión contra la injusticia, contra un mundo que no debe ser, contra la discriminación, contra la desigualdad. Miren a su alrededor, ¿cuántas personas no están hoy con nosotros, cuántas personas murieron, ¿cuántas están desaparecidas? cuántas personas están hoy en la cárcel, cuántos jóvenes encadenados, tratados como bandidos, simplemente porque soñaron y esperaron un cambio? Por eso, pido al fiscal general de la nación que libere a nuestros jóvenes”.

La petición de liberar inmediatamente a los jóvenes que siguen detenidos en la cárcel por haber participado en las masivas protestas del paro nacional del año pasado fue recibida con una sacudida de alegría, aplausos y cánticos de “libertad” por los miles de personas reunidas en el abarrotado estadio para celebrar su victoria.

La victoria de Petro y Francia representa la esperanza de un nuevo camino para Colombia, lejos de su período de violencia, desigualdad y terrorismo de estado, que dura ya décadas. Aunque la victoria de ayer fue un paso histórico para Colombia y la región, el camino que tiene por delante este gobierno progresista de Petro y Francia implica enormes desafíos. Esto se hace aún más difícil porque la derecha controla ambas cámaras del Congreso. 

Así como el paro nacional fue el factor clave que abrió la posibilidad del avance electoral de ayer, la movilización del pueblo será decisiva para determinar la capacidad del nuevo gobierno de llevar a cabo cambios drásticos en el país. La concentración de la riqueza y el poder de las élites colombianas y de sus patrocinadores en Estados Unidos sólo podrá ser superada mediante la lucha permanente y militante.

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