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Los cargos en contra de Gadafi no se basan en evidencia

El 27 de junio, la Corte
Penal Internacional, levantó una orden de arresto contra Muammar
Gadafi y otros oficiales libios acusados de “crímenes de lesa
humanidad”. La CPI le está acusando a Gadafi de “asesinato
premeditado” contra manifestantes pacifistas en Libia.

Los cargos están en línea
con las acusaciones de crímenes de lesa humanidad que se
convirtieron en el pretexto para el bombardeo de la OTAN de Libia, ya
que una “intervención humanitaria” era necesaria para evitar las
atrocidades que supuestamente se estaban llevando a cabo.

Las acusaciones crecen
cada vez más, mientras el bombardeo continúa, estas son impulsadas
por los medios de comunicación, e incluso por los círculos
progresistas. El campo pro-guerra se ha apresurado a encontrar
justificaciones para el bombardeo incesante de las ciudades de Libia,
especialmente porque el número de las víctimas civiles de los
bombardeos de la OTAN ha comenzado a subir. Gadafi es acusado de
ordenar el asesinato de manifestantes desarmados, utilizando
helicópteros artillados, cañones antiaéreos y armas pesadas contra
los manifestantes pacíficos; además ha sido acusado de la
utilización de mercenarios y, lo más sensacional, de haber bombeado
a todas sus tropas de Viagra con la orden de violación masiva de
todas las mujeres que se oponen al gobierno.

Sin embargo, los cargos
presentados por la CPI así como los crímenes perpetuados por los
rebeldes libios y sus simpatizantes, han sido presentados y aceptados
como un hecho sin que se tenga ninguna evidencia.

Muchas organizaciones de
derechos humanos, incluida Amnistía Internacional—la misma en
muchas ocasiones se pone de lado del imperialismo estadounidense—han
realizado investigaciones y no han encontrado ninguna evidencia sobre
los crímenes mencionados pero lo que sí encontraron, fue que los
rebeldes en Bengasi, a sabiendas, levantaron falsos testimonios y
manufacturaron evidencias.

La Secretaria de Estado,
Hillary Clinton, afirmó que los soldados libios estaban participando
en una violación masiva, la cual incluía las llamadas “pruebas de
virginidad”. Ella hizo esta declaración para explicar por qué el
pueblo estadounidense debía aceptar que se gasten $9.5 millones de
dólares diarios en el bombardeo de Libia.

Sin embargo, el asesor
principal de respuesta a crisis de Amnistía Internacional, Donatella
Rovera, dijo: “No hemos encontrado ninguna prueba ni una sola
víctima de violación o de un doctor que sabía de alguien de ser
violadas”.

Human Rights Watch también
investigó la acusación de violación en masa y concluyó: “No
hemos podido encontrar ninguna prueba”.

De hecho, durante las
últimas semanas, muchas mujeres en Libia se han ofrecido como
voluntarias para el servicio militar para combatir a los rebeldes
respaldados por la OTAN.

Cuando los rebeldes de
Libia comenzaron a linchar a los inmigrantes africanos negros, los
colgaban públicamente en la plaza del pueblo (la cual continúa
hasta hoy), alegaron que las víctimas eran mercenarios contratados
por Gadafi. Del mismo modo cuando los libios ordinarios comenzaron a
luchar contra los rebeldes en Benghazi y otros centros de actividad
de los rebeldes, los rebeldes dijeron que estos luchadores no podían
ser auténticos partidarios de Gadafi. Los rebeldes dijeron que los
combatientes deben estar recibiendo pago de Gadafi. La acusación de
que Gadafi está utilizando mercenarios, no es más que otro
argumento para justificar el bombardeo de la OTAN, la orden de la CPI
y los llamados de apoyo progresista para los rebeldes.

Amnistía Internacional
tampoco ha encontrado ninguna evidencia sobre la existencia de
mercenarios en Libia. “La mayoría son migrantes de sub Sahara que
trabajan en Libia sin documentos” afirmaron. Un número desconocido
ha sido colgado durante ejecuciones racistas públicas realizadas por
los rebeldes y cientos han muerto, inclusive niños, mientras
intentaban huir dentro de un bote que fue bombardeado por la OTAN.

El bombardeo comenzó el
19 de marzo, supuestamente para evitar una masacre perpetrada por las
tropas libias que avanzaban en el este de Libia, donde supuestamente
ya habían matado a manifestantes pacíficos en cantidades masivas.

Los grupos de derechos
humanos que han investigado estas denuncias no han encontrado ninguna
evidencia de los asesinatos en masa de manifestantes. En los
incidentes donde la violencia fue utilizada por el Estado libio, no
hay evidencia de que esta violencia haya sido dirigida contra los
manifestantes pacíficos. El movimiento rebelde estaba fuertemente
armado desde el primer momento y estaba llevando a cabo ataques
contra la policía libia y el ejercito.

Human Rights Watch, que en
realidad defendió la intervención de la OTAN en Libia, reveló los
datos de los combates en Misurata y encontró que el ejército libio
de ninguna manera dirigió sus ataques contra civiles, sino que estos
estaban estrictamente dirigidos a los combatientes armados y
adoptaron estas medidas para evitar daños colaterales.

Civiles han muerto en los
combates en ambos lados, lo cual es inevitable cuando una guerra
civil se libra en los centros urbanos. Pero la lucha estaba casi
terminando cuando comenzó el bombardeo de la OTAN, que ha aumentado
las muertes de civiles y animó a los rebeldes para continuar su
insurrección armada contra el gobierno, y la prolongación e
intensificación del conflicto. No hay ninguna evidencia de que los
civiles hayan sido atacados por los militares.

La acusación del
presidente Obama de que el “genocidio” era inminente no tenía
fundamento.

Las investigaciones
encontraron sin embargo pruebas de vídeo de ejecuciones realizadas
por los rebeldes contra los combatientes libios pro-Gadafi por
disparos en la cabeza y la quema de sus cuerpos.

Las investigaciones
también concluyeron que no había ninguna evidencia de que el Estado
libio esté utilizando armas o aviones antiaéreos contra los
manifestantes.

Las acusaciones de la
Corte Penal Internacional no están apoyadas por evidencia, sin
embargo, se emitió una orden internacional de arresto.

Si Gaddafi tiene una orden
de arresto por acusaciones infundadas de los crímenes de guerra,
¿por qué la CPI aún no ha emitido una orden de arresto contra
George W. Bush, Dick Cheney, Donald Rumsfeld? No hay, después de
todo, evidencia indiscutible, que estos funcionarios de EE.UU.
cometieron crímenes de guerra que llevó a la masacre de más de 1
millón de iraquíes inocentes.

¿Por qué no? Es porque
la propia Corte Penal Internacional es una herramienta del
imperialismo occidental, la misma que fue fundada en 2002 para hacer
frente a “crímenes contra la humanidad”, que no tan
misteriosamente sólo ha emitido órdenes contra personas de países
africanos súper oprimidos que están en la mira del imperialismo de
EE.UU. y Europa.

La función de la CPI es
aislar más a los líderes que no siguen los dictados de las
potencias occidentales, y ayudar en las campañas de demonización
destinadas a derrocar los gobiernos que no son lo suficientemente
serviles a la dominación occidental. El orden de la CPI de Gaddafi
cumple precisamente este propósito.

La orden de detención se
presenta mientras las potencias de la OTAN han expresado su
frustración por el fracaso de lo que pensaron que sería una
operación fácil. La situación está en un punto muerto. Debido al
apoyo popular, el gobierno de Libia no está en peligro de ser
derrocado. Los atentados sólo sirven para mantener a los
combatientes rebeldes a salvo en sus enclaves detrás de una cortina
de misiles Tomahawk.

Pero la gran mayoría de
las personas en Libia han dejado clara su indignación por el
bombardeo de la OTAN. El primero de julio, cerca de un millón de
manifestantes se reunieron en Trípoli para protestar contra el
bombardeo de la OTAN. Esta es en una nación de sólo 6 millones de
habitantes. Sea que tengan o no motivos para quejarse contra el
gobierno, están definitivamente en contra de los bombardeos de la
OTAN a su país y en contra del levantamiento rebelde. Si la OTAN
confiaba en la idea de que las personas se iban a unir en contra de
Gadafi, ya que la gente en Egipto se unió en contra de Mubarak, se
equivocó profundamente. El Gobierno libio ha demostrado tener el
apoyo de ámplios sectores de la población.

La OTAN está cada vez más
frustrada por el fracaso de la misión hasta el momento. Para lograr
su objetivo de cambio de régimen, es probable que la OTAN tenga que
intensificar su acción militar, que podría incluir a las tropas de
tierra, o actuar con rapidez para llevar a cabo algún tipo de
acuerdo político que eliminaría el actual gobierno.

La OTAN, sin duda, tratará
de salir de esta aventura militar con el premio de dominar el país
con las mayores reservas de petróleo en África. Así, los
revolucionarios y progresistas deben mantenerse firmes al lado de los
atacados por el imperialismo occidental y los que están en contra de
la ocupación de la OTAN de una nueva nación africana.

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