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Los orígenes revolucionarios del Día de la Recordación y su apropiación política

Este artículo fue publicado originalmente el 26 de mayo del 2012.

Lo que conocemos hoy como Día de la Recordación comenzó como el “Día de Decoración,” que surgió inmediatamente después de la guerra civil estadounidense. Fue una tradición iniciada por los antiguos esclavos para celebrar la emancipación y a todos aquellos que murieron por esta causa.

Hoy en día, Día de la Recordación se presenta como un día “sin política”—una celebración general patriótica de todos los soldados y veteranos, sin importar la naturaleza de las guerras en las que participaron. Esto es todo lo contrario de cómo surgió este día, por motivos explícitamente partidarios, para celebrar a quienes lucharon por la justicia y liberación.

El concepto de que la población “debe recordar el sacrificio” de los soldados estadounidenses, sin una reflexión crítica sobre las propias guerras, no surgió por accidente. Surgió durante la era de Jim crow mientras las clases dominantes del norte y del sur de los EE.UU. intentaban unir al país alrededor de un lamento sin política, lo cual requería borrar los temas “divisivos” de la esclavitud y de los derechos civiles de los Negros. Estos han sido algunos de los problemas centrales durante las luchas de la guerra civil y la reconstrucción.

El verdaderamente honrar el Día de la Recordación quiere decir volver a hablar de política. Quiere decir vivir las visiones de la emancipación y liberación que inspiraron los primeros Días de Decoración. Quiere decir celebrar a aquellos quienes han luchado por la justicia, y la a vez exponer la cruel manipulación de cientos de miles de soldados estadounidenses quienes han sido enviados a luchar y a morir en guerras de conquista para el imperio.

El primer Día de Decoración

Cuando la guerra civil estadounidense llegaba a su fin en abril de 1865, los soldados de la unión ingresaron a la ciudad de Charleston, Carolina del Sur, en donde había iniciado la guerra cuatro años antes. Mientras que los residentes blancos en su mayoría habían abandonado la cuidad, los residentes Negros de Charleston permanecieron allí para celebrar y darles la bienvenida a los soldados, incluyendo al Vigésimo Primer Regimiento de Infantería de Color. Esta celebración el 1ro de mayo de 1865, el primer Día de Decoración, después se convirtió en Día de la Recordación.

El historiador David Blight recuenta la historia:

En el año final de la guerra, los confederados habían convertido el hipódromo de los dueños de plantaciones, el Hipódromo de Washington en y el Jockey Club una cárcel a cielo abierto. Dentro del hipódromo se encontraban soldados de la unión confinados en muy malas condiciones; al menos 257 de ellos murieron de la exposición a la intemperie y de enfermedades, y fueron enterrados apresuradamente en una fosa común detrás de las tribunas. Alrededor de 28 trabajadores negros fueron al sitio para enterrar a los soldados fallecidos adecuadamente, y construyeron una valla perimetral alrededor del cementerio. Pintaron la cerca de blanco y construyeron un arco sobre la entrada sobre el cual inscribieron las palabras, “Mártires del Hipódromo.”

Después, los charlestonianos negros en colaboración con los misionarios blancos y maestros, prepararon un desfile inolvidable de 10,000 personas sobre el hipódromo de los esclavistas. El poder simbólico del hipódromo de la aristocracia de los dueños de plantaciones (en donde antiguamente habían ostentado sus riquezas, su ocio e influencia) no les pasó por alto a los ciudadanos liberados. Un corresponsal de la Tribuna de Nueva York fue testigo del evento, el cual describió como “una procesión de amigos y enlutados jamás antes vista en Carolina del Sur o en los EE.UU.”

A las 9 a.m. el primero de mayo, la procesión comenzó a desfilar liderada por 3,000 alumnos con sus brazos llenos de rosas, cantando “El Cuerpo de John Brown.” A los niños los siguieron centenares de mujeres negras con canastas de flores, coronas y cruces.

Después siguieron los hombres negros marchando a paso regular, seguidos por un contingente de la infantería de la unión y por otros ciudadanos negros y blancos. Dentro del cementerio habían ingresado cuantas personas cabían; un coro de niños cantaba “Agrupémonos alrededor de la bandera,” “El pendón tachonado de estrellas,” y otras canciones espirituales, y después varios ministros Negros leyeron versículos de la Sagrada Escritura. (“El primer Día de Decoración,” Newark Star Ledger)

La batalla sobre la ‘memoria’ de la guerra civil

El libro de Blight titulado “Raza y Reunión: La Guerra Civil en la Consciencia de los Americanos” (2001) explica cómo tres “visiones generales de la memoria de la guerra civil chocaron entre sí” durante las décadas después de la guerra.

La primera fue una visión de emancipación, encarnado por los recuerdos de los Afro-americanos y las políticas de la Reconstrucción Radical, en la que la guerra civil se entendió principalmente como una guerra por la destrucción de la esclavitud y por la liberación de los Afro-americanos de sus cadenas para alcanzar la ciudadanía total.

La segunda fue una visión de reconciliación, evidentemente menos política, enfocada en honorar a los muertos de ambos bandos, respetando su sacrificio, y la reunión del país.

La tercera fue la visión supremacista blanca, ya fuera una que se proclamara abiertamente a favor de los soldados confederados o una que como mínimo repudiara la reconstrucción como un tipo de “reinado Negro” en el Sur.

A fines de los 1800s y a principios de los 90s, en el contexto de Jim Crow y de la subordinación total de la participación política negra, las visiones segunda y tercera en gran medida se mezclaron. La versión emancipacionista de de la guerra civil, y la participación heroica de los Afro-americanos para lograr su propia liberación, fue borrada la cultura popular, de los libros de historia y de la conmemoración oficial. El espíritu del primer Día de Decoración—la lucha por la liberación Negra y la lucha contra el racismo—tristemente ha sido borrado del Día de la Recordación moderno.

En 1877, la clase dirigente del norte le dio la espalda de manera decisiva a la reconstrucción, haciendo un pacto con la antigua esclavocracia para devolver al sur a un reinado supremacista blanco a cambio de que el sur aceptara la expansión capitalista. Este pacto político y económico estuvo reflejando en la manera en que fue conmemorada la guerra. Mientras que por un lado la reunificación de las clases dirigentes del norte y del sur estuvo basada en la eliminación de la participación política negra, por el otro la versión oficial de lo que representó la guerra civil—a través de la celebración del Día de la Recordación—estuvo basada en la eliminación del veterano Negro y del esclavo liberado.

Como explica Blight, “Con el tiempo, en el norte, a los dos resultados principales de la guerra—la libertad negra y la conservación de la unión—rara vez se celebraban de manera igual. En el sur, una versión característicamente confederada del significado de la guerra, anclada en la resistencia a la reconstrucción, se fusionó a la práctica del Día de la Recordación.

La guerra civil, blanqueada

En las estatuas, los desfiles de aniversario y en las revistas populares, la guerra civil era presentada como un conflicto protagonizado solamente por blancos, un conflicto trágico entre hermanos. Dentro del espacio limitado que se le permitía al tema de la esclavitud, el presidente Lincoln era caracterizado típicamente como benévolo liberador a cuyos pies se postraba un esclavo.

Hasta la simple imagen del soldado negro luchando por su libertad deshacía esta “memoria” en particular, la cual en realidad constituía una imposición de un olvido forzoso del verdadero pasado. El presentar al esclavo en rebelión o a siquiera a un soldado Negro desenmascaría a la guerra civil como lo que fue—una guerra de vida o muerte contra la esclavitud, una verdadera revolución social, y un recuerdo de la promesa política que había sido traicionada.

Mientras que los Afro-americanos y los blancos políticamente radicales insistieron en defender el recuerdo emancipacionista de la guerra civil durante las próximas décadas—como lo ejemplifica la obra “La Reconstrucción Negra” de W.E.B DuBois—esta interpretación fue prácticamente silenciada dentro de los círculos “respetables” de los académicos, de los políticos establecidos, y en la cultura popular. Las visiones supremacista-blanca y reconciliacionistas de la guerra y del periodo de la reconstrucción no fue derrocada en los círculos académicos oficiales hasta los 1950s y 1960s, cuando el movimiento por los derechos civiles impactó al país de manera profunda, y a medida que más Afro-americanos alcanzaban mayores logros en su lucha para conseguir la entrada a las universidades del país.

Mientras que los historiadores han hecho bastante para exponer la historia supremacista blanca de la guerra civil y para descubrir su contenido revolucionario, el espíritu del primer Día de Decoración—la lucha por la liberación Negra y la lucha contra el racismo—tristemente ha sido borrado del Día de Día de la Recordación moderno.

Utilicemos el fin de semana del Día de la Recordación para honrar a los soldados caídos quienes lucharon por la justicia a nivel mundial, para hablar de manera directa y sin reservaciones de los crímenes históricos de este país, y para volver a dedicarnos a luchar contra los del presente.

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