Cuba: ‘Una revolución dentro de la revolución’

Después de la caída del bloque socialista, muchos no creían que el gobierno de Cuba y el sistema social sobrevivirían debido al maremoto global de la contrarrevolución. Habiendo perdido su aliado económico principal, Cuba fue repentinamente aislada.

Cuba es un país pequeño y pobre que enfrenta diariamente una guerra económica y militar por parte del país imperialista más poderoso del mundo a sólo 90 millas de distancia: los Estados Unidos. El gobierno cubano trabaja mucho para proveer  las necesidades para todos. Y lucha para desarrollarse y sobrevivir.

A pesar de todos esos obstáculos, Cuba ha sobrevivido. Ha alcanzado el índice más alto de alfabetización y el índice más bajo de la mortalidad infantil en América Latina. Las mujeres constituyen más de la mitad de estudiantes de medicina, derecho y otras escuelas profesionales en Cuba. La representación de las mujeres en posiciones de gobierno es una de las más altas del mundo.

Los líderes de la Revolución Cubana también reconocieron la lucha y el proceso que debía tomar lugar después del triunfo de la revolución socialista para cambiar el estatus de la mujer en la sociedad. Cuba llamó la lucha durante la igualdad de la mujer una “revolución dentro de la revolución”.

Un año del triunfo de la revolución de 1959, se constituyó la Federación de Mujeres Cubanas para dirigirse a los asuntos de las mujeres. Ayudó a establecer guarderías, pago por maternidad, cuidado de salud gratuito, y extendió oportunidades de educación e hizo posible que la mujer entrara en cada área de la fuerza de trabajo del país.

En 1975, la federación fue instrumental en darle forma al Código de la Familia. Este código, hizo que fuese una obligación legal que el hombre compartiera las tareas domésticas y las responsabilidades de la crianza de los hijos. Hubo habido discusiones en todo el país sobre el Código de la Familia, a través del congreso, material de educación y los medios masivos.

El Código de la Familia y otras leyes similares no pueden ser completamente y estrictamente impuestos. Pero sientan las bases para normas sociales diferentes. Son vistas como una herramienta para la educación y el cambio.

La fundadora de la Federación de Mujeres Cubanas, Vilma Espín, estava al tanto de que las leyes y las buenas intenciones solas, no pueden cambiar la sociedad no importan cuán revolucionarias sean. Espín luchó en el movimiento guerrillero junto con Fidel Castro y otros antes del triunfo de la revolución. Ella fue miembro del Comité Central del Partido Comunista desde su fundación en 1965.
Cambios sociales permanentes “no pueden ser alcanzados simplemente porque los queramos,” dijo Espín. Pero los cambios legales, junto a la reorganización económica de la Revolución Cubana sentaron las bases para la liberación de la mujer.

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