El socialismo: la respuesta del pueblo

Muchos miembros del PSL dieron su tiempo y esfuerzos para que la campaña Lindsay/Osorio esté en la boleta de votación de Minnesota, Iowa y Wisconsin. Es una región que ha experimentado un asalto continuo contra los logros que los trabajadores habían ganado con las luchas de muchos años. Aunque los equipos de voluntarios que fueron a solicitar firmas frecuentemente visitaron lugares potencialmente hostil y tradicionalmente de un clima duramente de la derecha, encontramos una mayoría de personas que estuvieron de acuerdo con nuestro plataforma.
—Sean Pavey
Una persona que yo traté de convencer a firmar la petición dijo que no estaba inscrito para votar porque apenas se había mudado a Nuevo York. Hablando con él sobre la brutalidad policial y sobre nuestra perspectiva electoral, me enteré que él estaba buscando cómo involucrarse en la movilización comunitaria. Entonces él vino a la próxima reunión del PSL, hizo comentarios allí, y se ha sumado a la campaña. Colectar firmas en pleno sol puede afectar el entusiasmo de uno, y puede ser que miles de personas no paren, pero incidentes como este muestran el valor de todo estos esfuerzos.
—Sasha Murphy
Creo que nuestra campaña es tan única por nuestra actitud hacia las miles y miles de personas pobres y trabajadoras, que sufren del estrés físico y mental, bajo el capitalismo. Ya sea el desempleo, el desalojo, la brutalidad policial, los ataques a los derechos de la mujer, el racismo anti-inmigrante o la discriminación anti-gay — nosotros estábamos conectando uno-por-uno con la gente en sus propias comunidades y haciendo claro nuestro plataforma por el cambio revolucionario. Como dijo Malcolm X una vez, “Uno no puede guiar donde uno no va”.
—Victor Quintero
Un día en Hempstead, NY, conocimos a un hombre joven quien había firmado nuestra petición allí unos días antes. Con gran entusiasmo nos dijo que estaba en varias discusiones con sus amigos sobre los 10 puntos de nuestro programa electoral. Él visitó nuestro sitio web, y se dio cuenta que hay otras personas que comparten su perspectiva revolucionaria y que están organizándose. Le di la edición más reciente del periódico Liberación, y nos comprometimos a estar en comunicación. No hay nada mejor que encontrar a personas con un optimismo revolucionario y con un talento para organizar.
—Ed Felton
Solicitando firmas en el centro de Brooklyn, conocí a un hombre que antes ayudaba con campañas del Partido Democrática. Después de años de promover políticos demócratas, se sintió engañado y desilusionado del sistema. Nunca había estudiado el socialismo, pero cuando leyó nuestro programa, me dijo que definitivamente apoyaría. Él tiene un hijo adolescente quien regularmente está hostigado por la policía. Se enojó por el hecho de que ni Obama se atrevía de criticar a la policía por su racismo. Él firmó la petición y dijo que hablaría con su esposa y hermano para que votaran por Peta para presidenta.
—Yvonne Bonilla
Un día en la Plaza Fordham en el Bronx, un mujer regresó para firmar y me contó su historia desconsoladora. Ella estaba tratando de conseguir una vivienda bajo el programa de la “Sección 8” y el seguro social, porque padece de la fibromialgia y otras enfermedades serias. Su problemas no la dejaban trabajar. Es madre soltera con una hija viviendo con ella. Escuchando estas experiencias me hizo más decidida a luchar para el socialismo — el pueblo no debería tener que luchar tanto para conseguir la atención médica, la vivienda y las necesidades de vida.
—Anne Gamboni
Lo que me impresionó tanto era, cuánta gente con quien platiqué compartían tantos detalles íntimos conmigo de la brutalidad policial que ellos o sus familiares sufrieron. Hablé con una mujer cuyo hijo fue disparado. Hablé con muchas mujeres cuyos hermanos habían sido golpeados brutalmente. Una mujer de 60 y pico años me enseño una cicatriz en la muñeca. “Esto es lo que me hizo la policía”, me dijo. Muchas personas habían perdido la esperanza de que se puede hacer algo para parar la brutalidad policial, y estuvieron animados por este programa que propone eso mismo.
—Heather Benno
La cosa que más me afectó era ver que en general mucha gente ve a las elecciones como una farsa. Yo les decía a las personas que las elecciones en este país pertenecen a y están controladas por los super-ricos, que, no importa los resultados del voto, los bancos siempre ganan, y que no habrá cambio real si uno depende en las elecciones. La respuesta más común que recibía era, “o, eso es obvio”. Vi que las condiciones existen para la movilización socialista.
—Michael Prysner
Yo colecté firmas en Salt Lake City, en el Festival de Orgullo Gay del 2008 y del 2012. Esta vez me di cuenta que había más interés en nuestro programa socialista, más allá de sólo el asunto de los casamientos del mismo sexo. La gente estaba interesada en las demandas acerca de la toma de los bancos, de la cancelación de las deudas estudiantiles, y para poner fin a los pagos de interés a los bancos. Hay una ira profunda hacia los banqueros que crearon la crisis y al mismo tiempo fueron rescatados por el gobierno, el gobierno que ahora está recortando los servicios que la gente necesita.
—Saul Kanowitz
Peticionando para la campaña este verano, yo encontré a gente que está a favor, o en contra o no está segura del socialismo. Muchas veces la gente que al principio temían la idea del socialismo, la apoyaban después de una charla y discusión. Peticionando este verano me ha dado un motivo fuerte para continuar trabajando por esa visión socialista. Me sentí reanimada para combatir las mentiras capitalistas, y yo sé que el campo de batalla de un revolucionario es en las calles. Teniendo una presencia continua en las calles y hablando con el pueblo pobre y trabajador podremos lograr esta revolución.
—Armide Pierre
Cuando yo hablaba con muchas personas acerca de los altos costos de la vivienda y la salud, era natural para ellos apoyar una campaña que exige que esas necesidades sean derechos humanos. Con la sencilla explicación del hecho que millones de viviendas están vacías y disponibles, mientras que millones de personas sin hogar viven en las calles, es evidente que el sistema es terriblemente mal. Con explicar a la gente que son cosas que necesitamos y que deberían ser derechos, la mayoría de personas con quien hablé estaban de acuerdo y no se oponían a firmar nuestra petición.
—Orlando Pardo
En Seattle, repartimos volantes para la campaña en las afueras de HempFest, un festival de más de 100.000 personas apoyando una legalización de la marihuana. No era ninguna sorpresa que la gente que asistía el festival estaba de muy buen humor, y al principio no les interesaba la campaña. Pero cuando empezamos a hablar del asunto del encarcelamiento masivo, y hablamos más concretamente de eso, la respuesta cambió y la gente respondió más afirmativamente.
—Jane Cutter

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